Liliana Campos, ‘la Madame’, tenía una regla de oro “inquebrantable” a la hora de elegir a las jóvenes que podían participar en sus fiestas. “Ni casadas ni consumidoras”, sentenciaba la mujer de 47 años señalada por la Fiscalía como la más grande proxeneta de Cartagena. En diálogo con AL DÍA, la famosísima ‘Madame’ relató que antes de aprobar que una joven entrara a su “negocio” ella misma le hacía una especie de entrevista en algún café de la ciudad, en donde además de preguntar por su edad, estudios y lugar de residencia, insistía en conocer su estado civil y su gusto por las drogas.
“Las mujeres comprometidas son un problema, porque no falta el hombre celoso que llega a armar show y hasta puede hacerte un daño (…) ¡y las consumidoras ni se diga! Se vuelven incontrolables por sus mismas adicciones”, detalló Campos en medio de la entrevista, la primera a la que dijo sí desde la Cárcel de Mujeres de San Diego en donde permanece recluida hace 51 días.
Y es que ‘la Madame’, seudónimo que dice le fue acuñado por la Fiscalía y nunca antes había escuchado, afirma que ella es una “empresaria” dedicada a organizar todo tipo de celebraciones en la ciudad, especialmente a extranjeros. “Yo alquilaba 32 casas del Centro Histórico.
Tenía 3 y 4 eventos semanales (…) El día que llegué a San Diego, estaban varios de los dueños y administradores de esas casas esperándome para darme apoyo”, describió la mujer que explicó su “negocio” como un “servicio de host”. “Mi empresa se llama Cartagena Fantasy. Yo, además de hacer fiestas, también vendo ropa, perfumes, ropa interior, bolsos, exporto mercancía”, puntualizó.
Según manifestó la misma Liliana Campos, ella arrancó en este “negocio” como guía turística tras ser deportada de Estados Unidos, en donde pagó una condena de cuatro años por narcotráfico. Sin pelos en la lengua, ‘la Madame’ contó que llevaba a sus clientes a prostíbulos como Play Club, Isis, entre otros, y que fue en esa misma dinámica del día a día que “descubrió que muchos de estos extranjeros preferían fiestas privadas y bajo completa reserva”.
“Mi empresa es basada en la renta. A mí lo que más me deja son las comisiones (…) Si Liliana Campo hubiera vivido de las prostitutas no hubiera podido comprar ni un Mazda, porque me hubiera tocado pedir por cada niña 10 millones de pesos, y yo quiero saber quién da 10 millones por una prostituta”, continuó su fluido relato a más de 34 grados de temperatura en el patio de la viejona casona del Centro Histórico, donde funciona la cárcel.
‘NO TRABAJO CON CARTAGENERAS’
Una de las principales acusaciones de la Fiscalía en contra de ‘la Madame’, es que ella sería la encargada de reclutar jóvenes en los barrios populares de Cartagena para luego prostituirlas en exclusivos sectores de la ciudad como el Centro Histórico, Bocagrande y el Laguito, y hasta en distintas islas del Caribe.
Entre risas, Liliana Campos respondió a esas acusaciones asegurando que durante todos estos años solo ha trabajado con tres cartageneras, que ya son profesionales y viven fuera del país, y que “la mayoría de chicas que me contactaban para ir a mis fiestas eran de Medellín, Barranquilla y Cali”.
“Yo no trabajo con cartageneras, y menos de barrios populares (…) Las chicas que iban a mis eventos tenían que vestir lo mejor, eran damas de compañía VIP”, agregó. Sobre las fotos que circulan en redes, en las que ella aparece rodeada de grandes grupos de jóvenes, Campos afirmó que son de la celebración de sus últimos tres cumpleaños, que han tenido como escenario yates, playa e islas.
“Yo celebro mi cumpleaños dos o tres días en las islas”. Mientras las autoridades hacen su trabajo y se conocen nuevas pruebas en el caso que avanza en su contra, la popular ‘Madame’ confesó que este nombre ya no le disgusta, y que de seguro le sacará provecho en algún momento con alguna novela, un libro o un salón de belleza/spa.