A orillas del mar Caribe, en el edificio Bahía Linda, en Santa Marta, la empresaria Melisa Martínez García, aún en estado de shock, compareció ante los medios de comunicación para agradecer el esfuerzo hecho por las unidades del Gaula que trabajaron durante los casi cuatro meses para lograr su rescate, realizado en la madrugada del lunes en la parte alta de la Sierra Nevada.
Los rastros de los 116 días que pasó en cautiverio estaban latentes. Melissa, un poco nerviosa y con la mirada perdida, estuvo al lado de sus padres Miguel y Mónica, el director del Gaula, brigadier general Fernando Murillo y varios uniformados que participaron en su rescate, y en breves palabras mostró su gratitud por devolverla sana y salva al seno de su hogar.
“Gracias por el apoyo que le hicieron a mi familia, al Presidente y a todo el equipo del Gaula, muchas gracias”, dijo con la voz entrecortada la sobrina del Nobel Gabriel García Márquez, ante los medios de comunicación que la acompañaron. Los aplausos de los vecinos, allegados, curiosos y policías, no se hicieron esperar.
La empresaria bananera abandonó el atril y se dirigió hacia su departamento a descansar. “Con Melissa no hemos podido hablar mucho, ha estado en reposo y revisión médica, no hemos tenido tiempo para conversar, no queremos presionarla para que nos cuente detalles de su secuestro, ella voluntariamente hablará en su momento”, expresó Miguel Lamus, padre de crianza de la joven samaria.
El empresario contó los momentos de angustia y desesperación que vivieron luego del rapto de Melissa el pasado 23 de agosto, cuando salía de su finca ubicada en la Zona Bananera, Magdalena, y la impresión que les causó las exigencias de los raptores.
“¿Qué le pasaría a usted si le piden 5 millones de dólares por su hijo, y no los tiene?; pero jamás perdí la esperanza y aquí están los héroes (señalando a los policías)”, contó Lemus en la conferencia de prensa.