¿Qué Pasa?

Marco intentó mediar en una pelea de pandillas bajo la lluvia y lo mataron de un tiro en el pecho

La víctima se ganaba la vida vendiendo frutas en el mercado de Barranquilla.

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Nuevamente la lluvia fue pretexto para que las pandillas se enfrentaran sin temor y dejaran víctimas morta­les. En uno de estos incidentes que ya se han vuelto costumbre en ca­da aguacero, fue asesinado Marco José Ayala Palacios, de 27 años.

Los hechos ocurrieron a las 3:10 de la tarde de este miércoles en la esqui­na de la calle 68 con carrera 9J, barrio El Bosque. Cuenta la familia del occiso que la tarde transcurría en normalidad, y Marco José, residente en la diagonal 65 No. 9J1- 53, fritaba unas tajadas de plátano en la vivienda.

“Él escuchó una algarabía en la calle cuando apenas comenzaba a llo­ver. Era que se estaba formando la pelea. De la parte de abajo del barrio aparecie­ron los ‘PVC’, que buscaron pleito con los ‘Adolescentes’, se lanzaban peñones y de­más”, contó ayer Luz Ojeda Palacio, prima del occiso.

Al percatarse de la riña, Marco José salió de su casa y se acercó a uno de los grupos con la intención de mediar pa­ra acabar con el pleito, pero llevó la peor parte. “Marco les gritaba: ‘Dejen la zona sana’. Él lo que buscaba era calmar la co­sas, pero uno de ellos se le acercó y sacó un chopo, me lo mató, le dio en el pecho”, añadió Luz.

“No me explico por qué Marco salió, na­da hacía ahí”, continuó la prima mientras el llanto ahogaba su voz.

Marco José Ayala Palacio recibió el au­xilio de amigos y familiares que lo tras­ladaron al Paso El Bosque, donde murió mientras era reanimado.

DENUNCIAN PRESENCIA POLICIVA

Luz Ojeda lamentó la muerte de su pri­mo, pero sobre todo que este tipo de cosas ocurran y la Policía no actúe. “A Marco lo mató el ‘Yuquita PVC’, y unos policías lo vieron cuando se escapó con un arma, pe­ro se quedaron quietos. Todos esos tipos dicen que la Policía los protege, sobre todo uno al que le dicen el ‘Gato’, lo tienen de padrino”, afirmó la dama.

Marco José Ayala era el hermano ma­yor de cinco mujeres. Estaba soltero y no tenía hijos. En diciembre pasado salió del Ejército y desde entonces se ganaba la vi­da vendiendo frutas en el mercado de Barranquilla. “Es un dolor inmenso el que siento. Mi hijo no se metía con nadie y la gente lo sabe”.