Un penetrante olor a gas sacó de su cómoda silla a Ingrid Ahumada Ujueta, secretaria de la estación de combustible de la calle 47 con carrera 10. Promediaban las 11:20 de la mañana del miércoles, y su vasta experiencia en el manejo de combustibles en la empresa le decía que algo no andaba bien.
Por ello se dirigió directamente al cuarto de comprensores, donde sabía que desde las 8 de la mañana se encontraban unos contratistas en labores de mantenimiento. Fue a averiguar qué pasaba allí, pues ese fuerte olor no presagiaba nada bueno.
La mujer de 43 años no alcanzó siquiera a ingresar por completo al habitáculo, cuando se produjo la pavorosa explosión que mató a cuatro de los operarios y dejó heridas a cuatro personas más, entre estas a la misma Ingrid.
Testigos relataron ayer que el cuerpo de la empleada salió disparado como un proyectil. Sufrió heridas en el cuello, en la mandíbula, clavícula y en un pulmón. Su estado es crítico, permanece en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica La Merced.
En la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica La Merced se encuentra Ingrid Ahumada Ujueta, una de las cuatro heridas de la tragedia que ocurrió la mañana del miércoles.
El del miércoles era el penúltimo día de trabajo de Ingrid en la estación de servicio, dijo ayer su hermano Orlando Ahumada.
LOS OTROS HERIDOS
En proceso de recuperación y con atención psicológica están los otros heridos:
Johan Pérez Cervantes
, de 32 años, internado en el Hospital General de Barranquilla. Sufrió trauma cerrado en el abdomen.
Juan Pacheco
, herido en el tobillo izquierdo; y
John Olivares
, que resultó afectado levemente.
Las víctimas fatales de la tragedia son John Fredy Sánchez Escorcia, Heberth Antonio Rojano Esparragoza, Jorge Pertúz Marriaga y Edison Hernando Álvarez Gómez. Los tres primeros eran los operarios que manipulaban los compresores. La otra víctima, Álvarez Gómez, era empleado de la estación.
DESTACADO COMO EL MEJOR APRENDIZ
Heberth Rojano no logra entender cómo la muerte se ensañó contra el mayor de sus tres hijos, Hebert Antonio Rojano Esparragoza, de 27 años.
Heberth Antonio Rojano Esparragoza, 27 años.
Heberth Antonio residía en el barrio Los Robles de Soledad, en un apartamento en arriendo junto a su esposa y su único hijo de 2 años. Era uno de los contratistas que había llegado a las 8 de la mañana del miércoles a hacer el mantenimiento de las máquinas en la estación.
‘YO SABÍA QUE ALGO MALO HABÍA PASADO’
Sin poder contener el llanto y mirando con insistencia el vientre de su nuera, Deyanira Escorcia relató los angustiosos momentos que vivió antes de confirmar la muerte de su hijo, John Freddy Sánchez Escorcia, de 31 años. Desde su casa en la calle 60 con carrera 10, barrio La Ceiba, la mujer afirma escuchó la explosión, y presintió enseguida que algo malo había pasado.
John Fredy Sánchez Escorcia, 31 años.
John Fredy deja un niño de 4 años y su esposa tiene seis meses de embarazo.
ESTABA GUIANDO LA OPERACIÓN
Otra de las víctimas mortales del siniestro, Jorge Pertúz Mariaga, de 40 años, era ingeniero mecánico. Los familiares contaron que dirigía el procedimiento que terminó en el estallido. Residía en el barrio La Ceiba y deja seis hijos. Pertuz murió la tarde del miércoles en la Clínica La Merced.
Jorge Pertúz Marriaga, 40 años.
DIEZ AÑOS TRABAJANDO EN LA ESTACIÓN
De Edison Hernando Álvarez se supo que era un paisa que había salido hace 13 años de su natal Medellín en búsqueda de trabajo en Barranquilla. Ya llevaba una década como empleado de la estación donde ocurrió la tragedia.
Edison Hernando Álvarez Gómez, 56 años.
Su esposa, Doralba Duque, comentó que Edison residía en el barrio San Isidro, era padre de tres hijos y el tercero de nueve hermanos.
Doralba Duque, esposa de Edison Álvarez en Medicina Legal.
EMPRESA BIOMAX SE PRONUNCIÓ
A través de un comunicado la empresa Biomax lamentó el incidente y manifestó que la relación de la compañía con la estación de servicio se “limita al suministro de combustible de líquidos en su calidad de distribuidor mayorista, razón por la cual no tiene potestad en ninguno de sus procesos internos, ni responsabilidad en su operación de equipos”.
Afirmó que la estación no es operada por la empresa y tampoco es de su propiedad, pero que hará seguimiento a los resultados que arrojen las investigaciones de los hechos.