El teléfono celular de Sergio Luis Miranda Escorcia se constituye para las autoridades de Policía Judicial en una de las piezas claves para poder esclarecer su asesinato, pues minutos antes de ser ultimado a tiros recibió una llamada en el aparato.
El homicidio de este cobradiario de 27 años, ocurrió a las 7:30 de la noche del pasado jueves en una esquina de la calle 56 con carrera 15, barrio Las Colonias, de Soledad; donde estaba sentado con dos amigos.
De acuerdo con el relato de Ana Orozco, su pareja sentimental, Sergio salió de casa a las 7 de la noche, y dijo que iba a hacer un mandado en casa de una vecina.
“Según nos dicen algunos amigos él primero llegó a la casa de su abuela, Carmen Escorcia, pero ella estaba en la iglesia. Al no encontrarla se quedó en la terraza, y estando ahí le entró una llamada de alguien que no sabemos quién es. Colgó y se fue a la casa de un amigo, cuando estaba alla llegaron a matarlo”, explicó la desconsolada mujer.
Testigos del hecho aseguraron a la Policía Metropolitana que hasta el lugar llegó una motocicleta de color negro con dos sujetos. El parrillero sin descender de la misma y sin mediar palabra le disparó en cuatro ocasiones. Los tipos huyeron a toda velocidad por las polvorientas calles del sector.
Ana Orozco, pareja del occiso, a las afueras de Med. Legal. | Foto: AL DÍA
Sergio Luis Miranda Escorcia recibió cuatro impactos de bala: dos en la cabeza, uno en el mentón y otro en el tórax.
“A Sergio lo hirieron a la vuelta de la casa. Yo escuché los disparos, pero no le presté atención. Al rato llegó una vecina diciendo que habían matado a mi marido”, agregó la cónyuge.
Ana encontró tendido en el suelo a Sergio Luis, y al notar que estaba con vida lo subió en un motocarro con la ayuda de amigos y lo trasladaron hasta el Hospital Universidad del Norte. Sin embargo, los médicos de ese centro asistencial confirmaron que llegó sin signos vitales.
Yolanda Valdés, tía del occiso, expresó que todo parece indicar que su sobrino habló con los asesinos por celular, estos lo engañaron, y por eso él les dijo dónde estaba. “Él era popular en el barrio, pero por ser extrovertido y buen vecino, no por tener problemas con nadie. No tenía amenazas. No sabemos qué fue lo que pasó”, aseveró la tía.
Sergio era cobradiario desde hace siete años. Era el mayor de dos hermanos y residía junto a su mujer y sus dos hijos – de 5 y 7 años– en la carrera 17 No. 55 - 38, del mencionado barrio.
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