Durante el fin de semana en el que se celebró el Carnaval, en Barranquilla y el Atlántico hubo toque de queda y ley seca para evitar fiestas en lugares públicos y así frenar los contagios de Covid-19.
En la madrugada del domingo 14 de febrero en el barrio Santo Domingo había una celebración familiar en el patio de una vivienda del sector, donde se desató una pelea en la que un hombre perdió su mano derecha tras recibir una herida con un machete.
Stiven, hijo de Jorge Anillo, de 61 años, quien resultó gravemente herido, aseguró que la violenta riña habría ocurrido por la pérdida de un celular meses anteriores.
“Nosotros estábamos varios primos en una reunión que solo era familia porque había toque de queda y ley seca. En la madrugada del domingo llegó un hombre acá para pedir una cerveza y como era conocido lo dejaron pasar, pero adentro se colocó agresivo cuando le preguntamos por el celular que le habíamos dado semanas anteriores para que lo vendiera y más nunca supimos de él”, dijo.
En medio de su relato, sostuvo que a la persona, que no era de la familia, la sacaron de la vivienda, pero minutos más tarde llegó una turba de gente.
“Nos asomamos a la puerta de la casa y vemos que venía con un poco de gente armada con machete, piedras y palos”, añadió.
Fue en ese momento que una hermana de Stiven fue hasta su casa situada en la diagonal 54D con transversal 1, para avisarles a sus padres de lo que estaba pasando.
Jorge Anillo fue uno de los que salió en compañía de su esposa. “Yo me llevé la tranca que estaba detrás de la puerta y yo veo que viene un poco de gente y tiraban botellas con piedras, pero las esquivaba con el fin de cuidar a los hijos míos. Llegó un punto en el que dos manes con rulas iban a machetear al hijo mío y yo le pegué con la tranca, después me pega el ‘viajazo’ a mí y lo esquivé, pero cuando me mandó otro y ya no pude hacer nada y le puse el brazo”, dijo.
Asimismo, aseveró que su presunto agresor, que fue identificado como Jersini Pérez Jiménez, de aproximadamente 25 años, fue capturado, pero un juez le otorgó medida de detención domiciliaria.
“Ellos querían era matarme porque uno de los agresores le decía al otro que me acabara con el machete. A mí me llevaron a la clínica San Ignacio y me metieron de rapidez a urgencia y la mano me la metieron en una caja de icopor”, contó.
Por la gravedad de la lesión lo trasladaron hasta la Clínica Reina Catalina, de Barranquilla, donde a pesar de las cirugías reconstructivas perdió su extremidad.
La familia Anillo, residente en el barrio Santo Domingo, solo le pide a las autoridades que el presunto agresor pague por lo que habría hecho en una cárcel y que indemnice a la víctima.