AL DÍA conoció en exclusiva que la protagonista de la operación Vesta I y II, Liliana Campos, capturada en julio pasado tras ser señalada por la Fiscalía de ser la cabeza de una red de prostitución de mujeres, tan poderosa con tentáculos en el exterior; estaría buscando junto a su abogado un acuerdo con la Fiscalía pues podría ser extraditada.
Ya que algunas de las menores que supuestamente integraban la red que ella dirigía habrían salido del país, con la complicidad de la mujer que al parecer contactaba los clientes internacionales y orquestaba la salida de las menores con complicidad de la Oficina de Migración Colombia.
Según se conoció las capturas en contra de integrantes de su familia habría quebrantado la postura voluntariosa de la mujer que hasta ahora se había mostrado fuerte ante los medios e incluso accedió a hablar con algunos de ellos, en exclusiva.
Antes de las detenciones de sus familiares más cercanos, Liliana se había dedicado a negar todas las acusaciones en su contra, sobre todo aquellas en donde las autoridades aseguraban que en el negocio que ella lideraba, había implicados menores de edad.
Las capturas de su padre Carlos Campos y su esposo Gustavo Ruiz, a quienes les fueron imputados los delitos de trata de personas y concierto para delinquir, así como algunas nuevas evidencias encontradas por las autoridades con la vinculación de otras personas al caso, habrían vuelto a ‘enredar’ los argumentos de su defensa, por lo cual al parecer habría tomado la decisión de hacer un acuerdo con las autoridades, aunque aún se desconoce los detalles sobre el mismo.
La inquebrantable mujer que impregnó del olor a Coco Mademoiselle de Chanel la cárcel distrital de mujeres en Cartagena, que nunca perdió su glamour pese a estar encerrada en los muros de las celdas, y que jamás se dobló ante las acusaciones de las autoridades y alzo la frente para decir que ninguna de sus trabajadores era menor de edad, como se oye en uno de los audios usados por la Fiscalía en su contra.
Y que ahora ha apadrinado a las internas de la cárcel de San Diego, parece que el encierro, la soledad, la culpa de ver a su familia implicado en su caso, y los consejos de su abogado. La han hecho bajar la guardia y manejar un bajo perfil. Hace poco rechazó dos entrevistas: Una con el canal internacional Univisión, y otra con un programa de crónicas periodísticas de un canal Chileno. Ahora se le ve más calmada, menos airosa y más callada.
Sus días los dedica al tema de rehabilitación carcelería donde enseña a las internas como maquillarse, como hablar fluidamente y hasta como sonreír. Hace más ejercicio y se le ve más entregada también al tema religioso. Pero las prohibiciones para ella, no es un tema de las autoridades, Al DÍA supo también que fue la misma Liliana, quien dio la orden de restringir sus visitas solo para sus familiares más cercanos y su abogado.
El tema de la prensa y las entrevistas parece haber quedado atrás para ella, quien en un principio se exhibía como cualquier celebridad de moda ante las cámaras de los medios de comunicación de la ciudad, que la registraron en el reinado de la convivencia que se realiza anualmente en el penal. Por su parte los familiares de Liliana Campos aseguraron a este medio, que el caso en su contra no es más que un sofisma de distracción que usan las autoridades para desviar la atención de la ciudadanía frente a casos de corrupción que atraviesa el país.