La típica frase de “si no eres para mí, no serás para nadie”, tan usual en casos de feminicidios de pareja, tuvo otra aplicación en la tragedia de la noche del lunes en Malambo; donde un hombre mató a su hija de 5 años, hirió a su mujer y luego se suicidó.
El individuo, identificado como Carlos Alberto Ávila Conde, de 50 años; le lanzó la expresión a su exmujer Mistelva Sesiath Sejín, de 39, cuando disputaban la tenencia de la menor, hija de ambos: “Si la niña no es para mí, tampoco sera para ti”. Acto seguido atacó a la mujer, se dirigió al cuarto donde estaba la pequeña y la mató a cuchilladas. Después se hirió a sí mismo con la misma arma.
El conflicto entre la pareja lo originó la decisión de Mistelva de separarse definitivamente de Ávila Conde.
Esta decidió la separación y el sujeto comenzó a reclamarle la custodia de la niña fruto de la unión que mantuvieron.
Los dramáticos hechos ocurrieron entre 6:30 y 7 de la noche en la casa de la pareja, calle 10A No. 5Asur-37, barrio Miraflores (Malambo).
DESOLACIÓN TRAS EL HORROR
AL DÍA tuvo este martes acceso al escenario del lamentable episodio, la vivienda en la que hacía 4 años y 4 meses convivieron Carlos y Mistelva. Allí todavía era palpable el horror desatado durante la fatídica noche.
La reja forzada, orificios en el tejado, manchas oscuras de sangre seca; mantienen latente el terror que padeció Mistelva al ser apuñalada por su expareja y presenciar el asesinato de su hija.
“Nos tocó limpiar la casa, porque todo estaba lleno de sangre. Les pedí a los familiares de la mujer que trastearan los muebles para evitar que se metieran a robar”, dijo Hugo Noguera, propietario de la residencia que había tomado en arriendo Ávila Conde.
“Parecía como si el diablo hubiera entrado a esa casa”, recordó una vecina.
Mistelva tenía múltiples heridas en ambos brazos y antebrazos, al parecer recibidas en su intento de protegerse del brutal ataque. Pero la alcanzó a herir en el pulmón derecho, lesión que hoy la tiene en estado crítico en la UCI de la Clínica Campbell de la 14.
Con su expareja desangrándose fue que Ávila lanzó la funesta sentencia: “Si la niña no es para mí, tampoco será para ti”, y corrió a matarla.
“Se fue al cuarto donde estaba la niña y le dio dos puñaladas”, contó Amanda Miranda, tía de Mistelva. Posteriormente Ávila Conde se cortó el cuello.
La inocente niña fue trasladada al Hospital de Malambo, donde murió. Ávila tuvo el mismo final en el Hospital Universidad del Norte.
LA HISTORIA DE UNA TORTURA EN SILENCIO
Mistelva Sesiath Sejín conoció a Carlos Alberto Ávila Conde hace ocho años en el barrio Los Nogales, donde ella laboraba como empleada doméstica; y él se desempeñaba en trabajos de albañilería.
La pareja se unió y Mistelva tuvo un parto fallido. Tiempo después nació la niña de los dos. Se mudaron al barrio Miraflores, a la casa donde ocurrió la tragedia.
Todo parecía marchar bien hasta que comenzaron los inconvenientes con Ávila. “El año pasado nos enteramos de que Carlos tenía problemas con mi hermana y por eso ella se dejó con él, pero a los pocos días volvieron, la convenció y regresaron”, expresó Melisa Meza Miranda, hermana de Mistelva.
Al parecer Ávila continuó con los inconvenientes y la paciencia de Mistelva se agotó. “El caso fue llevado a la Fiscalía y el proceso estaba en marcha”, continuó Meza Miranda.
“Mistelva se decidió a dejarlo, llevaba 10 días viviendo conmigo mientras buscaba donde quedarse”, precisó Lorena Rolong, amiga de la mujer. “La familia no sabía, pero ella sí me lo contaba a mí. Ese tipo la tenía amenazada, siempre la trataba mal”, añadió Rolong.
¿QUÉ FUE A BUSCAR A ESA CASA?
Sejín y Ávila ya no tenían nada más que el vínculo de padres de una niña. “Esa casa pasaba encerrada desde hacían días, porque la alegría ahí era la bebecita. Cuando se fue Mistelva eso quedó desolado”, anotó un vecino.
La separación iba tan en serio que Mistelva se presentó la noche del lunes a la casa para recoger la ropa.
“Cuando ella llegó él empezó a gritarla, a decirle que no se iba a llevar a la niña. Ella le contestaba y después pasó lo que pasó”, agregó el vecino.
“Nadie pensó que eso pudiera ocurrir. Él era un tipo poco sociable, hasta grosero podría decirse, diferente a Mistelva, pero era difícil creer que ocurriera esto”, finalizó el habitante del sector.
AL DÍA contactó a los familiares de Ávila Conde, pero optaron por no dar declaraciones.