Los gritos desgarradores de un hombre trepado en lo más alto de una torre de transmisión eléctrica, prendieron las alarmas en la comunidad del barrio Los Olivos, suroccidente de Barranquilla.
Los vecinos de la calle 109A con carrera 13B, del referido barrio, se preparaban a las 2:30 de la tarde de ayer para iniciar la celebración con motivo del Día de la Madre. Sin embargo, al escuchar los gritos del hombre que amenazaba con lanzarse al vacío desde una altura de 30 metros, aproximadamente, dejaron a un lado los preparativos y se dirigieron hacia la torre de energía.
“Me voy a tirar, ya no quiero seguir viviendo, no aguanto más”, gritaba a todo pulmón desde lo alto de la estructura metálica Víctor José Arroyo González, de 20 años.
El sector era sobrevolado por el helicóptero Halcón, de la Policía Metropolitana, y en tierra la gente le pedía que no lo hiciera, que se bajara, pero el muchacho no escuchaba a nadie. Al parecer, no era la primera vez que se subía a la torre. Cerca de una hora estuvo en ese trance, hasta que la mano derecha hizo contacto con el cable de alta tensión, el corrientazo le hizo perder el equilibrio y cayó al vació en medio de los gritos de horror de la comunidad.
Algunos de sus familiares corrieron hacia el lugar donde el cuerpo de Víctor se estrelló contra el piso, pero ya no había nada qué hacer. Murió de manera instantánea. El joven sufría de problemas psiquiátricos, dijo un allegado.