Los familiares de Jackelín Ramón Algarín eran ayer una mezcla de dolor, rabia e impotencia. Lo primero por la muerte de la mujer de 50 años, que resultó arrollada por una volqueta cuando se desplazaba como pasajera en un mototaxi en la carrera 38 con calle 107, barrio Las Estrellas.
La rabia e impotencia la motivaron, según afirman, por el trato que recibió Jackelín de parte de los paramédicos que la atendieron tras sufrir el accidente el pasado martes, a las 5:15 de la tarde.
De acuerdo con Orlando Ramón, hermano de Jackelín, a esta la llevaron a tres centros asistenciales: el Camino Suroccidente del barrio El Pueblo, el Hospital General de Barranquilla, y la Clínica Vidacoop, donde se produjo el deceso a las 2 de la madrugada de ayer.
El conductor de la moto solo sufrió fracturas en el tobillo y en el fémur de la pierna derecha.
Fue auxiliado por testigos del hecho y trasladado en una ambulancia a la Clínica del Sol. Se desconoce su identidad. Jackelín Ramón recibió un fuerte golpe en la cabeza al caer en el pavimento.
Además, una de las llantas de la volqueta, de placas SVM 229, le pasó por encima de la pierna derecha destrozándola casi en su totalidad. La víctima mortal del accidente de tránsito era comerciante y dejó tres hijos: dos mujeres de 20 y 30 años; y un varón de 17. La familia explicó que ella tomó un mototaxi en la esquina de su casa en el barrio La Pradera, y se dirigía a casa de un pariente.