Son las 6 de la tarde y una larga fila de vehículos se extiende a lo largo del puente Pumarejo, desde poco antes de la entrada al barrio La Chinita hasta Palermo, en Sitionuevo, solo por la calzada con sentido Santa Marta-Barranquilla.
Un hombre vestido con un overol naranja hace las veces de guía y regulador del tráfico. En una de sus manos sostiene una paleta informativa que tiene impresas por un lado las palabras “pare” sobre un fondo rojo y al reverso la palabra “siga” en fondo verde.
El guía detiene por 7 minutos el paso de los carros que vienen desde Santa Marta para permitir la circulación de las mulas que van saliendo del corredor portuario hacia la rotonda de la calle 17. El ejercicio contrario, de detener las mulas para dar “siga” a los vehículos del puente, demora dos minutos.
Usuarios de la vía aseguran que el cruce de un vehículo por el puente Pumarejo puede demorar de 30 a 40 minutos. “Eso es todos los días a esta hora (tarde-noche). Ya esta situación cansa”, dice José Merchán, conductor de una tractomula.
Alberto Vargas Llinás, ganadero residente en Barranquilla, pero que dice viajar todos los días a su finca en Sitionuevo, tildó de “preocupante” la situación, toda vez que durante el tiempo que los vehículos demoran sobre el puente no hay ninguna garantía de seguridad.
“Esto se nos complicó desde hace un tiempo. Los trancones pueden demorar hasta una hora, no hay agentes de tránsito, policías ni nada. Deberían habilitar tramos que ya están terminados para permitir que el flujo de carros sea más rápido”, señaló Vargas Llinás.
El ganadero sugirió que se habilite “sin cobro” el paso por el peaje del corredor portuario para que los vehículos que vienen del lado de Palermo y vayan hacia el centro y norte de Barranquilla eviten llegar a la calle 17.
“Eso permitiría que los carros puedan cruzar antes de la intersección de la vía del descenso del puente y la que viene del Corredor Portuario y se ahorren más tiempo”, señaló el ganadero.
En medio de la impaciencia por cruzar el puente, motorizados utilizan la zona para los peatones. Atraviesan a toda velocidad la zona, sin importar que haya personas atravesando a pie el viaducto.
El sol se va ocultando y deja un color naranja sobre el cielo. Los conductores aprovechan el tráfico detenido y se bajan de sus vehículos para tomar unas fotografías.
“Creo que esto es lo único positivo de esta situación. Contemplar este atardecer puede calmarle la ansiedad a uno mientras se está en este trancón infernal”, asegura Raúl Betancourt.
Varias de las personas consultadas manifestaron, además, que los trancones se presentan con menos intensidad durante el día.
“A veces se puede presentar algún trancón en la mañana, pero está relacionado con la entrada o salida de camiones con materiales desde donde se realizan las obras del nuevo puente Pumarejo”, dijo un usuario.
Un equipo de reporteros de este medio realizó el ejercicio de cruzar, en horas de la tarde, los 1.536 metros de longitud del puente, desde la vía de acceso en Palermo hasta el descenso en Barranquilla. Se demoró 42 minutos.
La misma operación fue realizada, por el mismo tramo, en horas de la mañana. Cruzar el puente solo tardó tres minutos, teniendo en cuenta que el carro llevaba una velocidad de 50 km/h.
Cabe destacar que durante el recorrido que se hizo en horas de la mañana, se evidenció la presencia de tres guías de tránsito y un policía que estaba del lado de Barranquilla regulando el flujo de los carros que entraban y salían del puente.
Otra razón
Durante el recorrido este medio también pudo constatar que a lo largo de la calle donde comienza el puente, en el lado de Barranquilla, se están llevando a cabo trabajos para la ampliación de la vía, por lo que solo están habilitados dos carriles de esa arteria vial.
Este medio solicitó a Invías el Plan de Manejo de Tránsito aplicado en la zona donde se llevan a cabo las obras del puente, pero hasta el cierre de esta edición no había sido suministrado.