La Fiscalía Seccional de Barranquilla trabaja a toda marcha en la investigación de la matanza ocurrida el pasado fin de semana en la finca El Gran Chaparral, situada en el barrio Las Terrazas, en la localidad Suroccidente.
AL DÍA pudo conocer que el ente investigador ya tiene identificada a la pareja que habría actuado en el hecho y que hoy tiene órdenes de captura en su contra. Se trata de Luis Alberto Orozco Castillo y su pareja Bileidis Meza Salas. Estos, según la investigación de las autoridades, son las dos personas a las que el ingeniero Jaime Enrique Herrán Oviedo, de 72 años, les dio posada en su finca a cambio de que trabajaran la tierra y ayudaran con las tareas diarias.
Además, la Fiscalía espera por el informe completo de necropsia del Instituto de Medicina Legal para establecer datos más precisos sobre el macabro hecho.
Cabe recordar que este lunes, la Policía Metropolitana de Barranquilla informó que el autor del múltiple crimen del barrio Las Terrazas habría actuado en compañía de su pareja y otras dos personas, según la hipótesis que manejan las autoridades.
El coronel Jorge Pinzón, comandante operativo (e) de la Policía Metropolitana de Barranquilla, manifestó que esa es una de las hipótesis que están estudiando en torno al múltiple crimen.
“En lo de Las Terrazas ya se tiene identificado el sujeto que cometió el macabro asesinato. La Policía Nacional está verificando dónde posiblemente está ubicada esta persona, pero por lo que vemos es que pueden haber otras personas implicadas en este caso”, expresó Pinzón.
Búsqueda
Además de Barranquilla y el resto del Atlántico, la Policía y la Fiscalía también busca a la pareja en otras zonas de la Región Caribe. Magangué, Bolívar, es uno de los territorios debido a que Orozco Castillo es oriundo de allí, y también uniformados rastrean en La Guajira debido a que, posiblemente, la pareja trate de retornar a Venezuela, de donde es Bileidis.
La pareja, según datos de las autoridades, está acompañada de dos niños.
Lo iba a sacar por vicioso
Los sangrientos hechos ocurridos la madrugada del pasado sábado en la Finca El Gran Chaparral (carrera 34 No. 81-229, barrio Las Terrazas Barranquilla); que le costó la vida a cuatro personas, fueron planeados minuciosamente con base en las fallas de seguridad que ofrecía el predio, de aproximadamente una hectárea.
AL DÍA dialogó con un vecino de las víctimas, miembro de la Red de Apoyo de la Policía, y una de las primeras personas en auxiliar a Víctor Enrique Herrán, la persona que encontró los cuerpos pasada la 1:00 de la tarde del sábado.
El vecino, quien pidió reserva de identidad, relató que entre 1:30 y 2:00 de la madrugada su mujer lo despertó y le dijo que en la finca del ‘Cachaco’, como llamaban cariñosamente a la víctima, Jaime Enrique Herrera Oviedo, de 75 años; los perros ladraban “como locos”.
El hombre se levantó y se asomó para verificar, pero no pudo ver mucho porque la finca es muy oscura por las noches, y la luz de los bombillos solo alcanza a iluminar pequeños sectores.
El cooperante policial pegó un par de gritos y no hubo respuesta; luego los perros dejaron de ladrar, y como el terreno que separaba ambas casas es algo grande, decidió regresar a dormir.
Como se ha venido informando, en la parcela El Chaparral fueron hallados brutalmente asesinados a cuchilladas el propietario de esta, el ingeniero forestal Jaime Enrique Herrera Oviedo, oriundo de Chaparral (Tolima). También su compañera sentimental, Betzaida Acevedo Ospina, de 32 años; una hermana de esta, Griselda Acevedo Ospina, 34; y Sandra Ricardo Montes, 32, prima de Griselda, quien llevaba apenas 12 días en Barranquilla buscando trabajo. Las mujeres eran de Caimito (Sucre).
Para el vecino del sitio de la masacre es claro que los asesinos escaparon por un camino que deja la canalización del arroyo El Salao, obra vecina del Gran Chaparral, y que bordea la invasión conocida como Villa del Rosario, donde pulula la venta de droga y la criminalidad.
Basta recordar que en septiembre del año pasado desconocidos mataron y enterraron a dos jóvenes que entraron a comprar y consumir vicio allí.
Otro vecino, quien también pidió reserva, señaló que lleva 50 años viviendo en la zona y nunca había ocurrido un hecho similar, aunque reconoció que desde hace 10 años, cuando la invasión empezó a crecer se incrementaron los robos en los patios de las casas. Actualmente la gente duerme encerrada por temor a que los ladrones se metan por el patio, sostuvo.
“Esos asesinos sabían que la finca era oscura, que el señor Jaime tenía una caja fuerte, que no andaba armado, y que vivía con puras mujeres. Esos datos se los tuvo que haber tirado alguien que habitaba con ellos y por eso todo apunta a la pareja que el ‘Cachaco’ había aceptado en la finca para que le ayudaran, el tal Luis Alberto y la venezolana”, señaló el vecino.
El hombre se refiere a las dos personas buscadas por la Policía como comprometidos con la matanza: Luis Alberto, natural de Magangué (Bolívar), y su pareja sentimental Bileidis Meza Salas, venezolana. Ambos, junto a sus cuatro hijos menores de edad, llegaron a la finca hace cinco meses y fueron acogidos por Jaime, quien les tendió la mano y les dio techo, comida y empleo.
Una versión que circula en las Terrazas es que Luis Alberto se llenó de odio hacia su benefactor, porque este lo encontró fumando droga. En venganza se alió con otros hombres, al parecer miembros de bandas que delinquen en la invasión, para asaltar la finca y huir.
Sin embargo, las cosas se salieron de control y el grupo terminó asesinando a toda la familia para robarse una caja fuerte y pertenencias personales de las víctimas.