El narcotraficante mexicano Joaquín "Chapo" Guzmán fue condenado a cadena perpetua este miércoles por un juez de Nueva York, que también lo sentenció de manera simbólica a 30 años adicionales de prisión.
Los abogados del capo más buscado después de la muerte de Pablo Escobar, en 1993, anunciaron inmediatamente que apelarán esta condena.
El Chapo, de 62 años y exjefe del cartel de Sinaloa, llegó a ser el hombre más buscado por Estados Unidos tras la muerte de Osama Bin Laden y es el mayor capo del narcotráfico extraditado y enjuiciado por Estados Unidos.
El gobierno le acusa de traficar o intentar traficar 1.213 toneladas de drogas a Estados Unidos a lo largo de un cuarto de siglo, así como 1,44 toneladas de base de cocaína, 222 kg de heroína, casi 50 toneladas de marihuana y "cantidades" de metanfetaminas.
Durante el juicio, la acusación presentó pruebas de que ordenó la muerte o torturó y mató él mismo a por lo menos 26 personas o grupos de personas, incluidos supuestos informantes, narcos rivales, policías, socios y hasta familiares.
Luego de un rocambolesco juicio de tres meses, lleno de momentos escabrosos y surrealistas, el 12 de febrero un jurado le declaró culpable de 10 delitos de narcotráfico, lavado de dinero y posesión de armas de fuego.
Una montaña de pruebas
"Las abrumadoras pruebas en el juicio mostraron que el acusado era un líder del cartel de Sinaloa despiadado y sediento de sangre", escribió la fiscalía al juez Cogan.
Al menos una de las víctimas que sobrevivió a un intento de asesinato del Chapo hablará en la sentencia, anunció la fiscalía.
Se desconoce su nombre, pero podría ser un expiloto y tesorero del Chapo, Miguel Ángel "Gordo" Martínez, que hoy vive en libertad y con una identidad secreta en Estados Unidos, y que contó en el juicio que su jefe mandó matarlo cuatro veces, a puñaladas y con granadas.
O Andrea Fernández Velez, la exasistente y amiga del narco colombiano y socio del Chapo Alex Cifuentes, que tenía una agencia de modelos en Ciudad de México, una empresa fachada que en realidad ofrecía prostitutas a funcionarios mexicanos, todo pagado por el Chapo.
En el juicio, Cifuentes contó que a pedido del Chapo, Fernández Velez ofreció a un general mexicano no identificado 10 millones de dólares para que dejara de perseguir al capo.
Pero el militar rechazó la oferta, y el Chapo, furioso, decidió matarla porque creía que ésta lo había traicionado. Cifuentes entonces intentó contratar a la pandilla de motociclistas Hells Angels para que mataran a Fernández Velez en Canadá.
El Chapo, protagonista de dos espectaculares fugas de prisión de cárceles mexicanas y extraditado a Estados Unidos en enero de 2017, está detenido desde entonces en aislamiento casi total en una cárcel de máxima seguridad de Manhattan.
Probablemente cumplirá su sentencia en la cárcel de Colorado ADX Florence, conocida como la "Alcatraz de las Montañas Rocosas" y considerada la más segura de Estados Unidos.
Posiblemente vea por última vez este miércoles a su tercera esposa, Emma Coronel, una exreina de belleza de 30 años y madre de sus pequeñas hijas mellizas, ya que las autoridades no permiten que ésta lo visite en la cárcel, ni que le hable por teléfono.
Más atrapante que una narconovela
El juicio fue un fascinante viaje a uno de los mayores y más despiadados carteles de la droga.
La fiscalía convocó al proceso a 56 testigos, incluidos 14 exsocios, amigos y hasta una amante del Chapo que se escapó con él desnudo corriendo por un túnel, así como a agentes del FBI, la agencia antidrogas DEA y otras agencias del gobierno.
Los testigos relataron cómo el Chapo enviaba a Estados Unidos hasta 100 toneladas anuales de cocaína colombiana, y el gobierno estadounidense quiere requisarle más de 12.600 millones de dólares en bienes, la suma que habría amasado. Pero hasta ahora no han podido incautar al Chapo ni un centavo.
La justicia estadounidense reconoce que pese a la captura del capo, el cartel de Sinaloa sigue siendo "el mayor proveedor de drogas a Estados Unidos", dijo a la AFP la fiscal especial de narcóticos de Nueva York, Bridget Brennan.