La desaparición y asesinato de Brenda Pájaro Bruno desató el año pasado una ola de temor en la ciudadanía. Era inconcebible que no hubiera rastro de la mujer, que fue vista por última vez en un centro de terapias en el norte de la ciudad, donde llevó a tratamiento a su hija que está en condición de discapacidad.
En redes sociales como Facebook y por cadenas en chats de WhatsApp, se empezaron a divulgar noticias falsas alrededor del hecho.
Comenzó a correr el rumor de que en un vehículo de vidrios oscuros raptaban mujeres bajo la sedación.
También la posible existencia de un asesino en serie que estaba haciendo de las suyas se hizo cada vez más fuerte.
La Policía Metropolitana desmintió aquella vez que el caso de Brenda Pájaro tuviera algún tipo de relación con hechos como esos.
Ahora que las autoridades capturaron a Tomás Manuel Maldonado Cera como presunto asesino de Brenda Pájaro, y cuando surgen algunos indicios que lo relacionan con otras muertes y desapariciones que dadas sus características lo sitúan como un posible asesino serial, AL DÍA consulto a dos sicólogas para que expliquen a los lectores cuál puede ser el perfil de un criminal en serie.
Ambas coinciden en que las características de un asesino serial no son específicas, y que no podría hablarse de un perfil universal, sin embargo, los patrones de comportamiento en algunos casos, o el modus operandi, delatan la actividad del asesino.
Sandra Aguirre, psicóloga clínica, dijo que no era necesario padecer un trastorno mental para ser un asesino serial.
“No necesariamente están enfermos, pero sí poseen factores arraigados a las vivencias de su niñez, en algunos casos abusos a los que fueron sometidos, la crianza o la falta de empatía con la sociedad”.
“En su día a día son personas completamente ‘normales’, sociales y calmados, por lo que se deduce que los asesinatos de sus víctimas no les remuerde, sino por el contrario les causa placer”, afirmó Aguirre.
“Son manipuladores y seductores”. De acuerdo con la profesional esta es su arma principal para caer bien a las demás personas, sin despertar sospechas de riesgo a sus víctimas.
Por su parte Yosainy Pomare Julio, sicóloga jurídica y forense, aseguró que los asesinos seriales se muestran siempre con buenas acciones, demostrando ser ‘personas de bien’.
“Ellos no pierden contacto con la realidad, pueden ser buenos vecinos, buenos compañeros de trabajo, e incluso tienen sus familias, y son ejemplares en el hogar, pero de ocasión necesitan satisfacerse violando las normas de lo correcto”, sostuvo Pomare Julio.
Desde la sicología jurídica y forense se cree que estas personas son muy analíticas, predeterminan sus actos y no matan por impulso, pero si tienen un impulso interno que domina su voluntad cuando encuentran a la víctima.
“Su modus operandi varía, no siempre actúan de la misma forma debido a que sus necesidades se vuelven más exigentes, posiblemente matar ya no les cause el mismo placer por lo que deciden torturar o violar. El objetivo es satisfacer algún extraño fetiche”, subrayó Yosainy.
Para escoger a su víctima no establecen relaciones afectivas reales, no es necesario que se muevan en su entorno. Pomare hizo énfasis en que sí incurren en la psicopatía para perseguir a la víctima.