Matilde Arteaga, la religiosa que dirige el Asilo San Antonio — histórico albergue geriático en el centro de Barranquilla—, negó este martes que la residente de ese lugar Beatriz Palencia Caratt, de 87 años, haya sido víctima allí de un empalamiento que le provocó la muerte; tal como denunciaron en la Fiscalía parientes de la señora con base en criterio científico de los médicos del Hospital Barranquilla, que atendieron a la octogenaria.
“Es imposible que tal hecho haya ocurrido aquí”, sostuvo tajantemente la monja, que ostenta la dignidad de madre superiora.
De acuerdo con su argumento, la exposición de recto y la expulsión de parte del intestino que presentó la señora Palencia, se debió al tratamiento de sulfato ferroso que recibía como paciente anémica.
Este incidente ocurrió el sábado pasado, cuando una enfermera la bañaba en el asilo. En un informe de esa institución con fecha 19 de septiembre de 2016, escrito con letra cursiva, se lee que la anciana sufría de “prolapso (desprendimiento) en el útero y recto”, y que ese día se le hizo “aseo y reducción sin novedad”.
No obstante Hiperlía Salas, directora del Hospital de Barranquilla, centro asistencial que atendió a Beatriz Palencia Caratt, refuta los argumentos de la madre Matilde Arteaga.
La funcionaria sostuvo este martes, en la sede de esa entidad, que los hallazgos médicos de madera y arena fueron en el interior del recto de la víctima, Beatriz Palencia, y que las razones de cómo llegaron ahí deben ser investigadas por las autoridades judiciales.
“Los reportes de los cirujanos durante al acto quirúrgico dicen que encontraron arena y pedazos de madera dentro de la mujer, y eso es lo que medicamente conocemos”, reiteró la profesional.
Añadió que la señora Palencia estuvo consciente cuando llegó al hospital, pero que tal vez por su situación de paciente alzheimer nunca hizo referencia a lo que le ocurrió.
En la historia clínica del Hospital de Barranquilla, a la que tuvo acceso este medio, quedó registrado que los médicos que atendieron a Palencia le evidenciaron un “prolapso (desprendimiento genital) con exteriozación de útero, una lesión grado tres a nivel de colón, y presencia de tierra y cuerpos extraños en sitio de perforación colónica”.
De acuerdo con Hiperlía Salas, cuando hicieron el lavado en la cavidad abdominal de Palencia, hallaron en el interior restos de arena y madera.
LA ENTIDAD
El Asilo San Antonio es un centro de atención para adultos mayores que dirige la congregación Hermanitas de los Pobres de San Pedro Clavel. Allí reciben atención 80 personas de la tercera edad.
En estos momentos un pabellón del auspicio es remodelado por un grupo de obreros con el objetivo de ampliar la atención a unos 120 ancianos.
El albergue cumplió 105 años de fundado el sábado 11 de febrero, y recibe aportes de la Alcaldía y la Gobernación para su sostenimiento.
La hermana superiora Matilde Arteaga lleva dos años dirigiendo el asilo. Dijo que la residente Beatriz Palencia Caratt ingresó en 2008. La dama, oriunda de Barranquilla se mantuvo en soltería.
Era hermana del conocido y distinguido filólogo Alfredo Palencia Caratt, ya fallecido.
La religiosa sostuvo en sus declaraciones a este medio que los familiares de la anciana “la tenían abandonada casi todo el tiempo”.
Afirmó que debían recordarles que le llevaran las medicinas, los utensilios de aseo o la trasladaran al médico. Y reiteró: “Es imposible que le hubieran hecho eso (empalamiento), a la abuelita, le hubieran perforado todo”.
No obstante el dictamen médico habla de una “perforación completa del recto”.
Este martes la religiosa tuvo que responder preguntas de los investigadores del CTI, que se trasladaron al asilo a conocer detalles del sonado caso.
Los funcionarios judiciales solicitaron copias del historial de residencia de Palencia, y revisaron los cubículos administrativos.
Los familiares de Beatriz Palencia interpusieron la denuncia en el Centro de Atención Integral a Víctimas de Abusos Sexuales (Caivas) de la Fiscalía, por los delitos de acto sexual violento y homicidio agravado. “Era una señora que sufría de hipertensión arterial, diabétes, alzheimer y problemas cardíacos”, reconoció una nieta.
Una fuente del ente investigador explicó que luego de la denuncia, un perito de Medicina Legal deberá valorar la historia clínica.