¿Qué Pasa?

Estaban trabajando, pero los sacaron muertos en bolsas

Tío y sobrino habrían sido torturados en la finca donde laboraban en zona rural de Betulia.

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El olor a sangre fresca se percibía desde el portón que da a la finca Las Claras en el corregimiento Villa López, en la zona rural de Betulia. Sin duda el ambiente era lugubre y el silencio característico del campo se sentía más intenso de lo normal.

Desde esa puerta hasta la casa principal de la parcela hay un trayecto de unos 300 metros, el mismo espacio que recorrieron Camilo Ramos Quiroz, de 22 años, y su tío José Germán Quiroz García, de 28, horas antes de ser torturados y asesinados en esa finca donde trabajaban como cuidanderos desde hacía varias semanas.

La tarde del lunes fue la última vez que los parientes de estas dos personas los vieron luego de almorzar en la casa ubicada en el propio corregimiento.

Sin problemas

No manifestaron tener problemas y mucho menos dieron indicios de sentir alguna preocupación, por lo que sus asesinatos los tomó por sorpresa y esperan que las autoridades investiguen a fondo qué fue lo que sucedió y den con las capturas de los asesinos.

Una de las más tristes situaciones que lamentan los parientes ahora es que se quedaron esperando que fueran a cenar en horas de la noche del lunes, como lo hacían de costumbre. Esa noche fue la excepción, pero nadie pensó lo peor.

Solo hasta las 6:30 de la mañana de ayer que el papá de uno de ellos fue a la finca a llevarles el desayuno y se encontró con una escena que no pudo ser más horrible y difícil de olvidar.

Camilo yacía tirado en el piso, sin camisa, en medio del pasillo que divide a la casa principal con un kiosco. A este joven lo habrían matado con arma blanca.

A un costado, en uno de los horcones de cemento de la vivienda, estaba atado José Germán, con un cáñamo cuyos pedazos se observaron en la escena del crimen cuando a los cadáveres ya les habían practicado la inspección técnica.

Por las características halladas en la escena del crimen los investigadores presumen que las víctimas no tuvieron oportunidad de defenderse de sus verdugos. También que no hubo búsqueda de elementos para hurtar porque las cosas estaban en su sitio. Lo que llamó la atención fue que una silla plástica en la entrada de la vivienda estaba tirada en el suelo.

El padre de uno de los jóvenes salió corriendo y le dio aviso al resto de familiares que de inmediato reportaron la situación a la Policía.

La noticia corrió como pólvora en el pueblo en el que los habitantes no están acostumbrados a que este tipo de situaciones de orden público se registren en la zona.

Pruebas para determinar la verdad

La inspección a los cuerpos a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) tardó unas dos horas mientras recolectaban los materiales probatorios.

Mientras tanto, los curiosos a los alrededores de la finca murmuraban sobre las posibles causas de este doble crimen que conmocionó a la región.

Según las primeras pesquisas, los móviles se tratarían de asuntos personales debido a que en el lugar no había objetos de valor que alguno pudiera robar y los animales estaban completos.

Sin embargo, no descartan igualmente, que el doble homicidio esté relacionado con asuntos del trabajo. Serán las investigaciones las que arrojen la verdad.

Hablan bien de ellos

Los parientes de los dos occisos los recuerdan como jóvenes alegres, llenos de vida y muy serviciales. Era costumbre verlos en fiestas que hacían en la zona lo que demostraba el espíritu joven que los embargaba.

Incluso, allegados que se acercaron al lugar de los hechos dan fe de que no eran jóvenes que buscaban pleitos por lo que nos les conocían problemas que pudieran desencadenar en su terrible muerte.

Con estos son cuatro los homicidos que han ocurrido durante este año en el municipio de Betulia, sumando así 105 asesinatos en todo el departamento de Sucre en el 2019.

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