El exilio ha sido el lamentable destino para más de 870 mil venezolanos que se han radicado en Colombia legal e ilegalmente, buscando las oportunidades que por ahora les niega su patria, sumida en una profunda crisis económica y política.
Christian Krüger, director de Migración Colombia, informó que hasta el pasado 30 de junio, 870.093 venezolanos habían cruzado la frontera para establecerse en Colombia. El 58 % había hecho la mayor parte del trayecto a pie. El 23,5% de los venezolanos radicados en Colombia están en Bogotá, porque es donde más empleo encuentran; 11.7% se han establecido en La Guajira, y 11.4% en Norte de Santander, indican las cifras de Migración Colombia.
“La situación en Atlántico reveló que es uno de los destinos donde hay más colombianos retornando, con unos 300.000 que hace décadas se encontraban en ese país. Son familias mixtas conformados por colombianos y venezolanos”, señaló Krüger con respeto a la situación que se vive en la Región Caribe.
'TENEMOS QUE AYUDARLOS'
El drama de los venezolanos en la Región Caribe, concretamente en Barranquilla y su Área Metropolitana, refleja la situación que se vive en toda Colombia y se traduce en un prisma de múltiples aristas.
“Ha llegado de todo”, sentencia Hermelinda García, de 45 años, quien maneja un puesto de venta de frutas en el Mercado Público de Barranquilla, una de las zonas a donde más acuden venezolanos a rebuscarse.
“El que quiere trabajar honestamente lo hace. Eso sí, le toca duro y con mucho sacrificio porque las cosas en Colombia no están fáciles, pero a los hermanos venezolanos que han elegido el camino recto, uno los ayuda en lo que más puede”, afirma la mujer.
Carlos Zambrano, vendedor de yuca en el mercado, recordó que en la década de los 80, millones de colombianos emigraron a Venezuela en busca de un futuro mejor ante la crisis en que se encontraba el país por culpa del narcoterrorismo y la corrupción.
“Mis tíos estuvieron en esa ‘película’ y les tocó duro, ellos nos contaron todo lo que tenían que pasar en Venezuela, por eso pienso que uno debe acoger bien a los venezolanos y ayudarlos en lo que se pueda, porque la vida da vueltas”, afirmó.
VAN 27VENEZOLANOSASESINADOS
En lo corrido del año, de acuerdo con Medicina Legal, han asesinado a 195 venezolanos en Colombia, 22 más que el año pasado, cuando se registraron 173 homicidios. Este año en el Atlántico se han presentado 27 homicidios.
El más reciente fue Michael Oneal Gómez Ocando, 23 años, quien trabajaba ayudando en una comercializadora de frutas al por mayor ubicada en el corazón del Mercado Público de Barranquillita.
El crimen ocurrió el miércoles 20 de junio y junto al venezolano fue baleado su patrón; Diego Fuentes Vásquez, comerciante de 32 años, natural de Girón (Santander). Posteriormente las autoridades determinaron que el doble homicidio fue ordenado por Digno Palomino, el criminal más buscado del Atlántico, porque el comerciante santandereano se negaba a pagar una extorsión.
Neiro Francisco Balbuena, tío político de Michael, contó que su sobrino había salido de Venezuela hace un año y vivía en Rebolo con una mujer colombiana, madre soltera.
“Él empezó trabajando en construcción conmigo, un día se fue para el Mercado y empezó a laborar en lo que la saliera, me decía que le iba mejor. Mi sobrino era de Ciudad Ojeda, en el estado Zulia, y se vino para Barranquilla en busca de un mejor futuro”, relató.
Al igual que Michael otros venezolanos han caído por la violencia y la delincuencia que azota a Barranquilla. Uno de los casos más tristes ocurrió el pasado 19 de abril en el barrio Ciudad Bolívar, Soledad. Matías Moisés Mendoza Fuentes, un niño venezolano de 1 año y 8 meses, resultó víctima de una bala perdida en una pelea de pandillas ligadas al microtráfico.
En ese momento el papá del niño, Jean Piere Mendoza, relató que llegó a Barranquilla hace tres meses y vive de lo poco que gana trabajando en oficios varios. Mientras que Lilibet, la mamá del niño, apenas lleva un mes en la ciudad y no tenía trabajo.
“Al ser inmigrantes tienen que establecerse en sitios que son peligrosos y muchos han sido víctimas inocentes de la violencia que se vive en nuestro país. Es importante que las autoridades investiguen estos homicidios y judicialicen a los responsables, porque todo ser humano merece justicia”, opina el economista y profesor universitario Oswaldo Olave.
EL PELIGRO DE LAS NUEVAS RELACIONES
Otros venezolanos han muerto por motivos pasionales y líos buscados sin necesidad como Marco Tulio Jugo Portillo, 30 años, apodado el ‘Canoso’, apuñalado el pasado 7 de mayo, en Rebolo, por el exmarido de la mujer con quien había entablado una relación sentimental.
El ‘Canoso’ era natural de Ático, Maracaibo, en Venezuela. Llevaba poco tiempo viviendo en Barranquilla y se desempeñaba como conductor de carricoche. Residía en una pensión de Rebolo en la que todos son venezolanos, y pagaba $5 mil diarios por un espacio para dormir.
El relato de sus amigos señalaba que el ‘Canoso’, al parecer, tenía compañera y un hijo en Venezuela, pero al llegar a Barranquilla inició una peligrosa relación con una mujer cuyo exmarido seguía celando y había sentenciado que mataría a quien se metiera con ella.
“Muchas veces los inmigrantes entablan nuevas relaciones sentimentales como una forma de afrontar las situaciones difíciles y estresantes a las que se ven enfrentados. Lo importante acá es tener fuerza mental para manejar la afectividad y no caer en situaciones peligrosas que le pueden costar hasta la vida a una persona”, aseguró la psicóloga Carolina Saénz.
EL MAL CAMINO
Infortunadamente otros asesinatos de venezolanos también han estado ligados a hechos de criminalidad; por ejemplo en el barrio El Concorde, en Malambo, el pasado 23 de marzo, fue linchado el venezolano William Manuel Morantes Vásquez, 26 años, a quien la comunidad señalaba de tener azotado el sector con robos continuos.
William fue golpeado y apuñalado por ciudadanos anónimos después de que presuntamente atracara a una jovencita, a quien despojó de su celular y el bolso. Y también han ocurrido casos en los cuales los victimarios han sido venezolanos.
El más reciente fue Jeremy Enrique Bracho Ferrer, 19 años, y un adolescente de 17, quienes habrían asesinado a la tendera Lourdes María Paba Molina, de 61 años, quien los acogió en su casa situada en la calle 100 No. 13B-25, barrio La Paz, en Barranquilla. La mujer, además de hospedarlos, les dio trabajo en la tienda. Lourdes conoció a los jóvenes porque le arreglaron un electrodoméstico dañado y con el paso del tiempo habría entablado una relación sentimental con uno de ellos.
El 3 de abril los venezolanos asesinaron a su benefactora de una puñalada en el cuello y huyeron tras haber robado dinero y mercancía de la tienda, pero el pasado 5 de marzo fueron capturados robando cables eléctricos en el barrio Ziruma, en Maracaibo, Venezuela, y pronto serán extraditados a Colombia.
Un investigador policial, consultado por este medio, explicó que lamentablemente es muy difícil hacer un filtro de todos los venezolanos que han llegado al país, y actualmente con Migración Colombia se adelantan registros para detectar inmigrantes con antecedentes delictivos.
“No podemos caer en la xenofobia (rechazo a los extranjeros) y la estigmatización, pero si debemos ser cuidadosos y no abrirle la puerta de la casa a todo el mundo porque no hay necesidad de eso para ayudar”, afirmó el investigador.
El agente también hizo un llamado a la comunidad para denunciar por los canales oficiales a los extranjeros que estén delinquiendo.