¿Qué Pasa?

ESPECIAL | Así operan las mafias que controlan el hurto de celulares

Con los datos que deje la víctima en la denuncia, la Policía ubica a los propietarios de los equipos para avisarles que el celular fue recuperado.

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Marcada y precisa es la cadena criminal de las mafias que controlan el hurto de celulares, y la posterior comercialización de los aparatos en el mercado negro nacional e internacional.

Momento en el que le leen los cargos a Mazziri y Núñez.

El pasado 14 de abril, en el aeropuerto Ernesto Cortissoz, la Sijín y el Grupo Antinarcóticos de la Policía Metropolitana de Barranquilla (Mebar), capturaron a dos sujetos que pretendían viajar a Buenos Aires (Argentina) con 56 celulares de última tecnología avaluados en $168 millones. Andrés Eduardo Mazziri Cuello, de 29 años; y Ronald de Jesús Núñez Cuello, de 36, como fueron identificados, se allanaron el delito de receptación, por el que les dictaron medida de aseguramiento de detención domiciliaria.

Pero estos individuos son apenas un eslabón, la punta del iceberg, dentro de una poderosa y vasta red criminal que está bajo la lupa de las autoridades, y sobre la cual AL DÍA investigó su operatividad. En este informe explicaremos la ruta que trazan los equipos de telefonía móvil desde el momento del robo hasta el punto en el que son vendidos

TODO INICIA CON UN ROBO

La cadena criminal que marca las operaciones de las mafias dedicadas al hurto y comercialización de celulares señala como punto de partida el robo del equipo, objetivo que se puede cumplir mediante tres modalidades: cosquilleo, raponazo o atraco a mano armada.

En lo que va corrido del año en Barranquilla y su Área Metropolitana la ciudadanía ha denunciado 625 hurtos a celulares, más del 70 % por asalto con arma blanca o de fuego. Para proveerse de su mercancía ilícita estas bandas no solo se valen de los golpes propinados en Barranquilla y su Área Metropolitana, también tienen contactos en diferentes regiones del país.

A Ronald Núñez y Andrés Mazziri les incautaron móviles de alta gama reportados como robados en otras ciudades colombianas. Entre los celulares encontrados a este par en el Cortissoz, aparecieron dos iPhone hurtados el pasado primero de enero en Riohacha mediante atraco con revólver.

En ese lote de equipos también figuran dos iPhone 6s, robados el 23 de marzo de 2017 a un turista bumangués que disfrutaba con sus familia del partido de Eliminatorias Colombia-Bolivia, en el estadio Metropolitano.

“Estábamos en plena tribuna, e íbamos a comprar refrigerios en el entretiempo cuando pasamos cerca de un grupo de personas.Alguien me echó agua en la cara, me descuidé y me sacaron los equipos”, dijo la víctima en su denuncia. Sin importar la modalidad del hurto todos los celulares son llevados a un centro de acopio encargado de darle nueva vida al equipo, para finalmente comercializarlo y disfrutar de la ganancia.

‘LIMPIEZA’ DE LOS CELULARES

En la cadena criminal actúan otros tipos de delincuentes, de perfil distinto al de los atracadores o raponeros. Son ingenieros de sistemas o técnicos informáticos, que reciben los equipos para violar su seguridad y dejarlos listos para la venta. Estos personajes tienen como función borrar las bases de datos de los teléfonos, modificar sus códigos Imei (Identificación internacional del equipo), reconstruirlos y cambiarles piezas, pues en ocasiones les llegan averiados debido a que reciben golpes durante los atracos.

En este eslabón lo complicado es la modificación del Imei, pues de no ser así los celulares pueden ser bloqueados por los operadores en caso de estar reportados como robados. Con los sistemas operativos Android resulta más fácil violar la seguridad de los móviles.

No sucede lo mismo con el iOS de los iPhone, sin embargo, para esta última clase de equipos ya encontraron la forma de reprogramarlos. Uno de los mecanismos utilizados para modificar el Imei de los iPhone, es contactar a los propietarios de los celulares robados mediante mensajes semejantes a los que usualmente envía la compañía al momento de la localización de los equipos.

La víctima recibe un mensaje con enlace directo a una página web falsa de iPhone, en la que le piden que ingrese datos de la cuenta. La persona no sabe que le está entregando a los delincuentes las claves para desbloquear el teléfono que le robaron.

TRÁFICO Y DESTINO DE LOS EQUIPOS

Con los equipos listos para ser comercia lizados en el mercado negro, entran a participar los correos humanos que movilizan los aparatos por vía aérea, terrestre y fluvial. Este era el papel que cumplían Andrés Eduardo Mazziri Cuello y Ronald de Jesús Núñez Cuello, el 14 de abril pasado cuando cayeron presos en el aeropuerto. Mazziri encaletó 29 celulares en su equipaje, lo mismo hizo Núñez con 27 equipos. Ambos ajustaron los móviles a los bordes de las maletas para que pasaran desapercibidos por los rayos X.

“Estas maletas son revisadas porque el destino era Argentina. Una vez pasan por rayos X notamos que los bordes estaban muy gruesos, creíamos que era droga. Llamamos a los propietarios y delante de ellos verificamos el equipaje”, explicó una fuente judicial a AL DÍA.3

“Las maletas tenían un compartimento oculto y ahí estaban los celulares”, añadió un investigador. ¿Y por qué Argentina era el destino de estos delincuentes? El país gaucho es la ‘tierra prometida’ de los traficantes de celulares robados, máxime si son iPhone, pues recién abrieron allí las tiendas Apple, ausentes durante los últimos seis años por disposición política. En Argentina un iPhone 7 Plus de 256 GB tiene un costo comercial legal de casi $6 millones, el doble de lo que puede costar en Colombia.

“Ya en el país destino esta gente, con contactos previos, lo que hace es dejar el lote de móviles para venderlos al por mayor o al detal. Luego les giran el dinero mediante casas de cambio”, explicó la misma fuente a AL DÍA. De esta manera culmina la cadena de los celulares robados, una actividad que a su paso va dejando asesinatos, personas heridas, incluso lisiadas. Ejemplo de esto es el asesinato del mensajero Martín Caballero Maza, de 25 años, ocurrido el 21 de enero pasado en la terraza de un taller automotriz en el barrio Las Gaviotas de Soledad.

Los homicidas quedaron registrados en cámaras de seguridad.La mejor forma de acabar con esta red criminal es desincentivando la compra de celulares robados. Los ciudadanos deben saber que si compran un celular robado incurren en el delito de receptación, y entran en la investigación criminal”, sentenció el subintendente William Santamaría, coordinador de la estrategia contra el hurto de celulares de la Policía Metropolitana de Barranquilla.

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