Erick fue asesinado de cuatro balazos al quedar en medio de una persecución de delincuentes
El hecho ocurrió a las 9:50 de la noche del miércoles en la calle 76G No. 6B-39, barrio Nueva Esperanza.
La guerra entre bandas de nuevo cobra vidas en Soledad. Esta vez la de un inocente: Erick Enrique Borrero Pacheco, de 25 años, asesinado en su residencia luego de quedar en el medio de una persecución entre delincuentes. Otra persona resultó herida en el mismo incidente.
El hecho ocurrió a las 9:50 de la noche del miércoles en la calle 76G No. 6B-39, barrio Nueva Esperanza.
“Erick veía televisión en la sala de la casa, cuando de pronto entraron dos ‘pelaos’ corriendo y agitados. Le gritaron, ‘¡Cierra, cierra, que nos vienen persiguiendo!’ Entonces mi primo se levantó a cerrar la puerta”, explicó Gerardo Castillo, primo del ahora occiso.
Sin tener claro lo que sucedía, Borrero aseguró la entrada de su vivienda, pero esto no fue impedimento para que los sujetos que venían persiguiendo a los dos muchachos dispararan. “Dicen que eran dos hombres armados los que dispararon. Las balas atravesaron la puerta e impactaron a mi primo”, continuó explicando Castillo. Los proyectiles impactaron la espalda de Erick en dos ocasiones, otro lo hirió en el costado izquierdo, y uno más en el antebrazo derecho. Vecinos y familiares lo trasladaron a la clínica Adelita de Char, donde falleció mientras recibía atención médica.
Luego de que le dispararan a Borrero hubo un intercambio de balas que dejó herido en el muslo derecho a Luis Miguel Muñoz Salazar (25 años), quien transitaba cerca al lugar del tiroteo acompañado por su novia. Recibió atención médica y está fuera de peligro.
Gerardo Castillo confirmó que su pariente llevaba seis meses conviviendo con su pareja sentimental y tres hijastras en la residencia donde sucedieron los hechos. Aseguró que Erick no conocía a los tipos que ingresaron a la casa, tampoco al herido, y mucho menos a los pistoleros que lo atacaron.
“Era nuevo en el lugar, se dedicaba a la albañilería, no tenía problemas con nadie y su forma de ser se resumía en una sonrisa permanente”, finalizó Castillo.
Las autoridades señalaron que previo al atentado hubo un enfrentamiento entre dos bandas: los Guasones y los Calderitos, posiblemente el detonante de este fatal desenlace.