¿Qué Pasa?

En video quedó registrado el terrible atentado contra auxiliar de Policía

Antes de atravesar la calle 96, debieron devolverse pues la vía estaba intransitable por culpa de las lluvias; barro y agua estancada.

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El asesinato a las 5:45 de la mañana de este lunes del auxiliar de Policía Marc Jordi Miranda Carrillo, un mucha­cho de apenas 22 años, podría estar enmarcado en la escalada criminal que contra miembros de la institución cumple el llamado Clan del Golfo, la es­tructura mafiosa que maneja gran parte del negocio ilegal del narcotráfico inter­nacional, extorsiones, minería ilegal y sicariato.

Aunque el comandante de la Policía Metropolitana, general Mariano Botero Coy, no se atrevió a confirmar esta sospe­cha, el comentario entre los uniformados que prestan servicio en la ciudad es que todo apunta a que el auxiliar Miranda Carrillo fue víctima del Plan Pistola, co­mo estos delincuentes han catalogado su malvado plan contra los policías del país.

El joven iba desarmado y conducía una motocicleta de su propiedad. Acababa de salir de su residencia en el barrio Santo Domingo (carrera 5B No. 89-04), y se di­rigía a la Escuela de Policía Antonio Na­riño, situada en la Circunvalar, jurisdic­ción de Soledad.

Cuando se desplazaba por la carrera 5B entre calles 94 y 96, en su mismo ba­rrio, fue atacado a balazos por el parri­llero de una motocicleta que le disparó a corta distancia.

ASÍ FUE EL ATENTADO CONTRA MIRANDA

Marc Jordi Miranda salió de su resi­dencia pasadas las 5:30 de la mañana. Al llegar a la calle 90, sobre la carrera 5B, se le unió en el recorrido el compañero auxiliar Anderson Figueroa, que también se dirigía a la Escuela Antonio Nariño.

Figueroa y Miranda continuaron el tra­yecto sobre esa misma carrera, y pasa­ron la esquina de la calle 94. Pero antes de atravesar la calle 96, debieron devol­verse porque la vía estaba intransitable por acción de las lluvias, mucho barro y agua estancada.

Este es el video en el que muestran el ataque contra Miranda:

En ese corto recorrido los auxiliares no se percataron de que eran seguidos por dos sujetos que se desplazaban en una motocicleta Bóxer de color negro, de placas IJR 99D.

Figueroa se cruzó de frente con los ti­pos, pero estos lo dejaron pasar y no hi­cieron nada contra él. Al que atacaron fue a Miranda.

El parrillero de la Bóxer saltó de la mo­to, y disparó en seis oportunidades de frente contra el joven auxiliar, pero este alcanzó a esquivar los proyectiles.

Entonces el asesino siguió disparándo­le, ahora por la espalda, y una sola bala logró alcanzarlo. Miranda siguió condu­ciendo herido su motocicleta. Alcanzó a recorrer unos 20 metros en los que pudo mirar hacia atrás, como tratando de sa­ber si le seguían disparando, e incluso, alcanzó a orillarse en la moto. Luego se desplomó agonizante sobre la acera.

El criminal escapó corriendo detrás de su cómplice, que seguía manejando la motocicleta.

“Los tipos balearon al policía y escapa­ron por la calle dañada. La moto se les apagó en un momento por el agua, pero igual volvieron a prenderla y huyeron”, declaró un testigo.

Marc Jordi Miranda Carrillo fue socorri­do por un vecino mototaxista que lo llevó a la Clínica San Ignacio, donde murió a los pocos minutos.

El auxiliar Anderson Figueroa conti­nuó su marcha y se puso a salvo.

La Policía dispuso inmediatamente un vasto operativo por el sur de la ciudad para dar con los asesinos, pero al cierre de esta edición no se conocían resultados positivos. El general Mariano Botero Coy se mostró apesadumbrado por la muerte del muchacho que apenas tenía 15 días de haber hecho el llamado ‘juramento de bandera’, la ceremonia institucional que lo vinculaba formalmente con sus funcio­nes en la Policía, como auxiliar asignado al control de tránsito. La víctima era sol­tero, y no deja hijos.

Al condenar el crimen el general Bo­tero Coy lanzó una declaración contun­dente. “La orden es, y lo digo claramente, revolcar todos los nidos de estos delin­cuentes, porque no vamos a dejar que esto pase a la impunidad. Hoy viene todo el mundo y vamos a revolcar esta ciudad, pero ese delincuente tiene que caer”.

Las imágenes del cobarde atentado contra el auxiliar Miranda quedaron gra­badas en varias cámaras de seguridad que hay en el sector, y están siendo re­visadas por los investigadores judiciales para la identificación de los asesinos.

El auxiliar Marc Jordi Miranda Carrillo sería el segundo barranquillero miembro de la Policía asesinado por el Plan Pisto­la del Clan del Golfo. El otro fue Pedro Antonio Torres, asesinado el pasado 19 de mayo en la vía entre Montería y Arbo­letes (Antioquia). Torres, quien residía en el barrio Carrizal, prestaba servicio en el departamento de Policía Córdoba. La operación criminal contra la Policía comenzó el 4 de mayo pasado, como re­taliación por la muerte de alias ‘Pablito’, cabecilla del Clan del Golfo, ocurrida el primero de mayo en una finca área rural de Arboletes.