En menos de 20 minutos Guillermo Zabaleta recibió cerca de siete llamadas telefónicas. Sin importar qué le dijeran al otro lado del celular, las interlocuciones de este hombre apuntaban a comentarios melancólicos sumidos en llanto y no era para menos, trataba de explicar cómo fue el accidente de tránsito que acabó con la vida de sus tres hijos.
“Mi hermano quiero salir corriendo, que me vean por la calle y digan ‘ahí va el loco’, no importa, estoy destrozado”, expresó Zabaleta mientras su voz se desgarraba por la tristeza sentida a raíz del fallecimiento de sus hijos, Rubén Darío, Guillermo y Sergio Luis Zabaleta Gutiérrez, tres de las cuatro víctimas mortales del siniestro ocurrido la madrugada de ayer en la calle 4 con carrera 4 de Malambo.
“Me borraron la sonrisa del rostro. ¡¿Qué es esto, Dios mío?!”, continuó Guillermo, natural de Charanga (Magdalena), quien se conoció con Maximina Aracelys Gutiérrez en Caracas (Venezuela) para luego formar una familia.
“Mi hermana es de acá de Malambo y se conoció con el marido en Venezuela. La situación de ese país provocó que se devolvieran, estuvieron en Charanga desde principios de 2018 y después yo me traje a los pelaos como a mediados de mayo”, explicó Narlys Torres, tía de Rubén (24 años), Guillermo (22) y Sergio (19).
Los tres hermanos se mudaron en la casa de su tía, en la carrera 5 con calle 4 de Malambo. “Rubén era un pelao que se ganaba la vida en lo que saliera con tal de mantener a su hijo (4 años), ya fuera como ayudante de construcción, en cualquier cosa; ahora último estaba vendiendo yuca en la puerta de la casa”, continuó Narlys.
El segundo entre los tres hermanos fallecidos era Guillermo. “Era muy noble, gran persona al igual que mis otros dos muchachos; se la pasaba bromeando. En la actualidad no tenía empleo fijo, se ganaba la vida como ayudante de construcción”.
El menor era Sergio Luis. Trabajó como empacador en los almacenes Olímpica durante varios meses, luego por razones de la compañía fue relegado de su puesto.
“No entendemos qué pasó. Anoche hablé con ellos como a las 9:30, lo último que me dijeron fue ‘tía, la bendición’, luego vino la trágica noticia”, agregó Narlys.
Los tres hermanos eran bachilleres, soñaban con encontrar un empleo estable que les permitiera sostener a su mamá a tal punto que ella no tuviera que trabajar. “Vinieron a Malambo en busca de una mejor vida y mira lo que pasó”, finalizó la tía.