Extrañados porque tenía dos días sin ir a trabajar, los compañeros de Esdeduer Churios Severiche decidieron ir a buscarlo a la casa donde vivía alquilado en una habitación. Al llegar al inmueble, situado en la carrera 33 No. 44-39, barrio Chiquinquirá, otras personas que allí residen ya habían avisado a la Policía ya que del cuarto donde dormía Esdeduer emanaban olores nauseabundos.
La Policía llegó a la casa, y al entrar a la pieza encontraron sobre la cama, amarrado de pies y manos, el cadáver en proceso de descomposición de Churios Severiche, quien tenía 48 años. En una primera inspección realizada al cuerpo sin vida, las autoridades policiales establecieron que tenía varias heridas causadas con arma blanca, al parecer un cuchillo de cocina.
Esdeduer trabajaba en un restaurante situado en la calle Murillo con carrera 41, Centro de Barranquilla. “Él era muy puntual y responsable en su trabajo. Por eso nos extrañamos cuando dejó de venir desde el viernes. Lo fuimos a buscar ayer sábado a la casa donde vivía y nos llevamos la tremenda sorpresa de que lo habían asesinado a puñaladas”, dijo un compañero de labores.
La víctima, natural de Barranquilla, estaba separado de su esposa y era padre de dos niños. Algunos de sus allegados dijeron que nunca le conocieron problemas ni amenazas de ninguna índole. La Policía trata de establecer si fue asesinado por ladrones, sin embargo llama la atención que la habitación estaba en orden y con los objetos personales de Churios Severiche.