Las paredes del apartamento 301 seguían calientes cuando los miembros de la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) en Barranquilla pudieron entrar a evaluar los daños del incendio que se registró en la madrugada de ayer en el en el bloque B del conjunto residencial Ciudad del Sol, en el barrio Campo Alegre de la capital atlanticense. Eran las 9:00 de la mañana y hacía apenas unas horas habían sacado de allí el cuerpo calcinado de la señora Rosaura González Pérez, de 76 años, mientras su marido, Octavio Mejía Marín, de 83 años, recibía atención médica por las heridas que le causó el fuego.
Mientras Remberto Quintero Vallejo, coordinador operativo de emergencias de la UNGRD, y su equipo inspeccionaban el que había sido el hogar de la pareja de ancianos por más de seis años; Giovanni Mejía González, uno de los tres hijos de Rosaura y Octavio, observaba las paredes ennegrecidas por el humo, tratando de decidir entre estar triste por la muerte de su madre, o aliviado de que a su padre había quedado con vida.
“Yo me enteré a las 5:00 de la mañana de hoy (ayer). Los bomberos me cuentan que la conflagración fue devastadora y que todo inició en el cuarto donde dormía mi mamá. Ellos no todas las noches dormían en la misma habitación. Ahora mi papá se da golpes de pecho diciendo que pudo haberla sacado. Es demasiado difícil, no sabe uno qué pensar”, contó Giovanni.
Se prendió mientras dormían
Los primeros en correr por el incendio fueron los pocos residentes que quedan en el conjunto. Según cuenta una de las personas que vive allí, la alerta empezó a eso de las 4:00 de la mañana cuando un vecino que llegaba a esa hora notó el humo que salía del apartamento del señor Octavio y doña Rochy, como le decían de cariño a Rosaura.
“Parece que ellos estaban dormidos, porque no gritaban. Cuando llegaron los otros vecinos tumbaron la puerta y sacaron al señor, pero a ella no pudieron sacarla”, contó un testigo de los hechos.
De acuerdo con el capitán Jaime Pérez, del cuerpo de Bomberos de Barranquilla, cuando entraron al lugar para intentar detener las llamas, hallaron en el pasillo del departamento el cuerpo incinerado de la señora Rochy. Sin embargo, aseguró el capitán, la mujer no murió por las quemaduras, sino por haber inhalado el humo que estaba concentrado en el lugar.
“Inmediatamente nos llaman nosotros despachamos dos máquinas, pero el incendio cogió fuerza y cuando se dieron cuenta las llamas ya habían tomado una fuerza bastante grande y no se pudo hacer nada (…) Nos dedicamos a controlar el incendio para evitar que se extendiera el fuego a otros apartamentos”, explicó.
Saldrá para velar a su amada
De acuerdo con lo contado por Giovanni Mejía, hijo de las víctimas del incendio, don Octavio resultó con quemaduras de segundo grado en el brazo derecho y la pierna izquierda, por lo cual tendrá que estar hospitalizado al menos tres semanas. Sin embargo, aseguró que su papá tendrá un permiso de salida especial para poder dar sepultura a la mujer que amó por más de 55 años.