‘El Chapulín’ pidió ayuda, pero nadie lo socorrió
Lo mató un dolor abdominal.
Un fuerte dolor abdominal acabó con la vida de Víctor Muriel, un reciclador de 35 años, que la noche del pasado sábado pedía a gritos que los moradores y transeúntes de la calle ‘Tripita y Media’, del barrio Getsemaní en Cartagena, lo ayudaran y trasladaran hasta un centro asistencial para que lo atendieran y le calmaran el malestar que amenazaba con dejarlo sin suspiro.
Ángel López, comerciante del sector, relató que el reciclador, conocido como ‘el Chapulín’, se encontraba en compañía de un joven retirando plástico de un pequeño basurero satélite que incomodaba a los transeúntes de la calle. Procedió a botar un líquido que tenía una botella y cuando levantó su torso, corrió hacia el frente de una vivienda y expresó que se moría de un gran dolor, pero lo que hizo la dueña de la vivienda fue cerrar la puerta.
López siguió contando que Víctor Muriel, al no encontrar ayuda, gritó que se moriría, que lo llevaran al médico, pero todos ignoraron su clamor, y al instante se desplomó.
“En realidad por aquí pasan muchas personas en condición de calle y hablando palabras soeces. La vez pasada estuvo aquí en ‘Tripita y Media’ una joven con una muñeca diciendo que su hija se perdió. Nosotros sí escuchamos el clamor del reciclador, como le dijimos a las autoridades, pero creímos que estaba jugando y que no se iba a morir”, manifestó López.
Al lugar hicieron presencia las autoridades, quienes realizaron el levantamiento del cuerpo, el cual fue llevado hasta la morgue en Medicina Legal.
El cuerpo médico de la morgue señaló que la muerte del hombre de 35 años, se debió al mal cuidado de una cirugía de apendicitis que se le había practicado en un centro asistencial de la ciudad, días atrás.
Hasta el momento los familiares no se han acercado a reclamar el cuerpo del reciclador Víctor Muriel.
La indiferencia mata
El caso del reciclador Víctor Muriel ha dejado consternados a la mayoría de los cartageneros, quienes se encuentran organizando una campaña en redes sociales para sensibilizar a las personas y hacerles saber que la indiferencia mata.
Por *Angélica Cassiani
