Desde hace ocho días, vecinos del sector Bogotá, en el corregimiento de la Boquilla, permanecen sin el servicio eléctrico debido a un transformador que explotó.
Esta situación ha generado en la comunidad un fuerte disgusto e incomodidad porque además de no poder dormir en las noches debido a los mosquitos, cerca de 310 niños han tenido que recibir sus clases debajo de un bohío, porque no soportan el inclemente calor que azota por estos días.
Jorge Luis Quintana Romero, profesor de primaria en la Fundación La Antigua Vecina, manifestó que desde el pasado 10 de julio solo han podido tener energía dos días, porque desde esa ocasión, se registró un daño en el transformador que dejó sin el servicio a todo el sector. En esa oportunidad Electricaribe llegó y cambió el transformador pero a los dos días se volvió a averiar.
“Nosotros estamos funcionando porque tenemos un generador de energía, del cual no podemos abusar sino que podemos usarlo solo tres horas en la mañana y tres en la tarde y esto ha generado gastos de aproximadamente $250.000 solo en combustible”, expresó Quintana.
Este gasto, según el docente, puede ser invertido en alimentos para las meriendas de los pequeños, cosa que ha tocado solventar de su propio bolsillo.
“Hoy queríamos darle gelatina a los niños y no se pudo dar”, dijo el docente. En el caso del colegio Pinos, que funciona en una esquina cercana a la fundación y que maneja cerca de 200 niños entre las dos jornadas, el calor es tan insoportable, que les ha tocado salir con las sillas sobre sus cabezas para dar clases en un rancho de palma, expuestos al sol o la lluvia e incluso al peligro de ser atropellados por uno de los vehículos que por ahí transitan.
Los vecinos se han comunicado con Electricaribe para denunciar lo sucedido, pero la respuesta que reciben es que “no hay cuadrillas, que no hay transformador”, lo que ellos interpretan como una gran indiferencia.
Finalmente, Quintana hizo un llamado a la administración distrital para que los tengan en cuenta y los ayuden a solucionar la situación que desde hace una semana los viene incomodando e interrumpiendo el desarrollo normal de cientos de niños del corregimiento, que anhelan estudiar de la mejor manera.