¿Qué Pasa?

De niño sicario a jefe de los “30-30”, la historia del “pirata” de Rebolo

Alias ‘El Pirata’ a los 14 años aceptó por primera vez haber matado a una persona.

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Un operativo de la Sijín en el barrio Rebolo terminó en las capturas de cinco hombres y dos mujeres que serían integrantes de ‘Los 30-30’, una de las bandas que intervienen en el espiral de violencia que desde el segundo semestre del año pasado sacude el suroriente de Barranquilla.

Uno de los detenidos, sin embargo, es un capítulo aparte para las autoridades: Holman Ramírez Marín, alias El Pirata, quien siendo un adolescente aceptó por primera vez haber matado a una persona.


Agentes de la Sijín conducen a Ramírez (Centro) a la URI de la Fiscalía, junto con los demás capturados del jueves | Foto: El Heraldo

Ramírez, de 23 años, fue arrestado en un allanamiento, donde fueron decomisados un revólver, una pistola 9, y 18 balas calibre 9 milímetros y otras 9 calibre 38. También 520 gramos de marihuana en bolsas plásticas.

Con él fueron aprehendidos Ángelo Barzola Uribe, de 18 años, Glenda Barzola Uribe (19), Carlos Cortez De la Hoz (18), Luis González Jiménez (20) y Johandis Contreras Montero (40).

De acuerdo con la investigación, ‘Los 30-30’ se asocian o colocan “al servicio de otras bandas del país y, en su afán de ampliar su poderío criminal, realizaban hechos delictivos como extorsión, tráfico de estupefacientes, hurto y homicidios”.

NIÑO SICARIO


Los primeros registros de las autoridades sobre Ramírez datan de 2007, cuando a los 12 años fue aprehendido por hurto agravado.

Investigadores que conocieron al ‘Pirata’ en sus días de infancia recuerdan que es el típico caso de menores nacidos y criados en una familia disfuncional, en un sector con agudos problemas de orden público como Las Tablitas, en Rebolo.

“La mamá era encargada de él y su hermano; mientras trabajaba, los dejaba solos en la casa”.

Su historial delictivo como adolescente incluyó una nueva captura por hurto en febrero de 2008, otra por lesiones personales en marzo de 2009 y tocó fondo en octubre del mismo año con su primera detención por asesinato.

Sus problemas de actitud quedaron en evidencia esa vez. Patrulleros de la Policía lo habían aprehendido el 10 de octubre por porte ilegal de armas en la calle 28 con carrera 35, en Las Tablitas.

En medio de intercambio de disparos y una persecución, los uniformados lograron reducirlo y le hallaron una pistola hechiza con capacidad para cargar un proyectil calibre 9 milímetros.

En una audiencia hecha al día siguiente, 11, un juez ordenó su libertad y Ramírez salió de la unidad de menores (entonces ubicada en el Centro) acompañado de dos mujeres. Pero solo alcanzó a bajar unas escaleras porque afuera lo esperaban tres policías de Infancia y Adolescencia que le notificaron una orden judicial en su contra por homicidio.

“¡Cómo así, vale!”, exclamó Ramírez, al tiempo que forcejeaba con los funcionarios y las dos mujeres intentaban evitar su recaptura.

SEÑALADO JEFE


Un día después, el 13 de octubre, el mismo ‘Pirata’ disipó cualquier sospecha sobre sus andanzas: en una nueva audiencia admitió ante un juez de menores que el 28 de septiembre, apenas dos semanas antes, había matado a bala a Samir Hommes Parra, de 27 años. El crimen ocurrió en la calle 28 con carrera 35, Las Tablitas.

Para entonces también era sospechoso de otro asesinato acontecido un mes antes, el 26 de agosto, en la misma zona: el de Wilmer Barrios Peñalosa, de 38 años.

“El Pirata cogió tanta carrera que ya lo ubicaban para sicariato”, recuerda un investigador.

Ramírez volvió a hacer gala de su proclividad por el delito apenas dos meses luego de haber sido internado en el centro de rehabilitación para menores infractores, El Oasis:el 24 de diciembre se escapó junto con otros dos jóvenes. La noticia solo se conoció el 2 de febrero de 2010, cuando las autoridades confirmaron las fugas.

Hasta que policías lo recapturaron en la carrera 35B con calle 21E, en Rebolo. Desde esa ocasión no se tuvo más noticia de ‘El Pirata’, apodado así porque tiene el párpado del ojo izquierdo caído.

Luego de su recaptura en 2010, Ramírez fue trasladado a un centro de rehabilitación en Cartagena, donde llegó a mostrar una mejoría en su comportamiento.

“Empezó a vérsele con la Biblia en las manos y él decía que había cambiado por la palabra de Dios”, recordó un investigador.

Las pesquisas que ahora involucran a un Ramírez mayor de edad señalan, no obstante, que su retorno a las calles significó para él recaer en el crimen. “Líder de la organización (Los 30-30), se encargaba de la coordinación de los homicidios”, detalla la Policía en un comunicado.

Los informes judiciales sobre la banda indican que ‘El Pirata’ tiene investigaciones por seis homicidios y existen señalamientos de que habría participado en no menos de 10 asesinatos en el suroriente.

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