El 19 de septiembre del año pasado las autoridades capturaron en Barranquilla a Martha Elizabeth Orozco Acevedo, una controladora aérea con más de 30 años de servicio que laboraba en el aeropuerto Ernesto Cortissoz.
Según fuentes judiciales consultadas por este medio, la mujer junto con su esposo y 32 personas más estarían vinculadas a una organización que tiene nexos con el narcotráfico mexicano.
La samaria Orozco Acevedo, según fuentes, está inmersa por un proceso que data del 5 de noviembre de 2017 cuando estando de turno en el centro de control radar, que se encarga de controlar y vigilar el espacio aéreo, una avioneta Cessna 182, de color blanco, sobrevoló por la costa Caribe “con intenciones ilegales”.
“La mujer de 54 años, al parecer habría recibido dinero, según lo muestran unos videos, para dejar pasar la aeronave hacia una pista clandestina en Pivijay”, dijo una fuente judicial.
Desde ese 5 de noviembre las autoridades iniciaron la investigación, hasta el punto de que EE. UU. pidió su extradición. “La vinculan de haber recibido dineros de carteles mexicanos para que no reportara el paso de aeronaves que no tenían el permiso de sobrevolar el espacio aéreo de la costa Caribe”, dijo el informante y agregó que a la orden de extradición fue emitida contra 32 personas, entre ellas el esposo de Orozco Acevedo, por la Corte Distrital de los Ángeles.
Es así como en septiembre del año pasado la Dijín y la Fiscalía, en asocio con agentes de la DEA detuvieron a Orozco Acevedo junto con los demás involucrados.
“La mujer y algunos de los requeridos no tiene ningún proceso en Colombia, por eso deben ser trasladados a EE. UU. La red de inteligencia de ese país vinculó a estas personas por narcotráfico y las catalogó como una banda por su organización, donde Orozco trabajó de la mano con su esposo”, dijo la fuente.
EL DERRIBO
La tarde del pasado 5 de noviembre de 2017 la Fuerza Aérea Colombiana neutralizó la avioneta. El Ministerio de Defensa, por medio de su cuenta de Twitter, confirmó el hecho.
La aeronave monomotor “circuló el espacio aéreo cerca de Barranquilla sin autorización” y aterrizó en una pista clandestina en una finca de Pivijay (Magdalena). En la avioneta fueron hallados 400 kilos de droga.
Era domingo y miembros del Comando Aéreo de Combate No. 3 y personal de Antinarcóticos de la Policía Nacional corrieron hasta la pista. Allí hallaron la carga de clorhidrato de cocaína, 11 canecas de ACPM y una caneca de gasolina.
El coronel Álvaro Pino, comandante de esa unidad enfatizó en su momento, que la neutralización de la avioneta, se completó cuando iba a aterrizar.
“El sistema de defensa ubicó una nave a unas 80 millas al norte de Barranquilla, reaccionamos con un SR-560 y dos aviones de combates A37, pero el piloto realizó maniobras evasivas, por lo que detectamos que era una aeronave ilícita”, manifestó el alto uniformado.
Desde ese momento las autoridades iniciaron una investigación a profundidad para determinar a qué grupo pertenecía el alcaloide.
Fuentes allegadas al terminal aéreo, manifestaron que el día del derribó de la aeronave se le realizó una interdicción aérea (persecución) a la avioneta por haber ingresado al espacio aéreo colombiano sin un plan de vuelo ni permiso.
“Ese día se detectaron en los radares y se les informó a la Fuerza aérea sobre la irregularidad y ellos activaron sus protocolos hasta darla de baja”, contó la fuente.