Como en la mafia italiana, envían cabeza de un perro para amenazar a sindicalistas del Atlántico
No es la primera vez que la Asociación Nacional de Trabajadores Hospitalarios y de Clínicas (Anthoc) recibe amenazas, durante la época de paramilitarismo estuvieron señalados como ‘objetivo militar’ y varios de sus integrantes fueron asesinados.
Una amenaza siniestra, al estilo de las usadas por las mafias sicilianas, recibieron al mediodía del martes los dirigentes de la Asociación Nacional de Trabajadores Hospitalarios y de Clínicas (Anthoc), seccional Atlántico, en su sede de la calle Murillo con carrera 38.
En un paquete que dejaron en el piso, a las puertas de la entidad, les enviaron la cabeza cercenada de un perro, acompañada de un panfleto en el que amenazan a ocho dirigentes de la entidad. El paquete lo descubrió la secretaria, Sandra Guerrero, cuando a eso de las 12 del mediodía salía de la sede sindical.
Dijo que le llamó la atención que se podía leer el número 202 escrito con marcador azul. Ese número corresponde a la oficina del segundo piso de la edificación, donde funciona Anthoc. La mujer retornó a la oficina y avisó a los compañeros que aún estaban allí. “La caja tenía un olor fétido y era muy raro eso ahí a esa hora”, contó ayer en la sede sindical.
Heriberto Tovar, presidente de Anthoc en el Atlántico, recordó que nadie se atrevió a abrir el paquete por precaución, ya que durante el año pasado la agremiación sindical recibió unas 14 amenazas en distintos formatos.
“Llamamos a los policías del cuadrante y llegaron, sacaron la bolsa a la calle y, como sintieron peso, decidieron traer al personal antiexplosivos”, contó.
La cabeza de un perro
Momentos de tensión vivieron los sindicalistas y residentes del edificio cuando los peritos policiales comenzaron su trabajo. Luego vino la sorpresa macabra, el paquete contenía la cabeza cercenada del animal, acompañada de un panfleto también escrito en marcador azul, en el que se leía: “Así se van a morir perros hp”.
En este paquete fue enviada la cabeza del animal | Foto: El Heraldo
A continuación aparecían los nombres de ocho directivos de Anthoc: Héctor Alvis, expresidente nacional; Heriberto Tovar, presidente en el Atlántico; Álvaro Márquez, presidente en Barranquilla; Osiris Fernández, secretaria de asuntos de la mujer; Juan José De la Torre, secretario de educación; Euclides Sandoval, secretario de solidaridad y derechos humanos; Napoleón Mugno, tesorero en Barranquilla; y Víctor Dirruyeiro, tesorero en Atlántico. El coronel José Palomino López, comandante operativo de la Policía Mebar, señaló que agentes de la Sijín y la Sipol investigan el caso.
La defensora del Pueblo seccional Atlántico, Gloria Lamus Rodríguez, indicó que se ha reunido con la Policía y la Fiscalía.
“La Defensoría rechaza estos hechos, activó la ruta de la protección y se le envió también a la Unidad Nacional de Protección para que realicen las investigaciones pertinentes, para determinar el grado de riesgo y les coloque la protección que se requiere”, dijo Lamus.
Los antecedentes
Anthoc informó que en el país tiene 13 mil afiliados, de los cuales 620 trabajan en 24 hospitales del Atlántico. En esta zona del país hay 29 integrantes de la agremiación que han sido objeto de amenazas, aunque la del martes no es la primera vez que se conocen intimidaciones en su contra.
En archivos judiciales hay antecedentes de que varios sindicalistas en la Costa fueron declarados “objetivo militar” por los distintos grupos paramilitares del Bloque Norte. Anthoc no fue la excepción a ese plan criminal que incluyó amenazas, seguimientos, desplazamientos y hasta asesinatos. Prueba de ello son los homicidios ocurridos en Barranquilla de Ricardo Orozco Serrano, vicepresidente de la junta nacional (2001); Carlos Barrero Jiménez (2003), delegado de Anthoc; Luis Torres Pérez (2004), afiliado.
El exjefe paramilitar del frente 'José Pablo Díaz', Édgar Fierro Flórez, alias 'don Antonio', está condenado como coautor de las muertes de Barrero y Torres; y el exmiembro de la estructura Carlos Romero Cuartas, alias 'Montería', por el crimen de Orozco Serrano