“Celosa” acabó a cuchillo a acordeonero
El cartagenero Álvaro Vega viajó hasta Perú en busca de suerte y encontró la muerte.
El acordeonero Álvaro Vega Gamarra se encontraba desde hace un par de años en Perú con la intención de afianzar su carrera musical vallenata. “Estaba decidido que su suerte estaba allá, en ese país”, dijo Julieth Vega a este medio a pocas horas de saber la muerte de uno de sus primos “más querido”.
El hombre, nacido en el barrio La María, al nororiente de Cartagena, estuvo durante estos dos años trabajando con una agrupación vallenata en la ciudad de Iquitos, en la región de Loreto de país inca. Sabía tocar la caja, la guaracha y algunas notas de piano, pues antes de irse “logró tomar” algunas clases de música en Bellas Artes.
El músico, de 29 años, había alcanzado cierto prestigio musical en esa ciudad. “Se la pasaba de presentación en presentación. Llenaba las discotecas donde tocaba su acordeón y cantaba algunas veces cuando se lo pedían. Los fines de semana tocaba con el conjunto de planta de una discoteca en Iquitos”, describe el pariente.
Precisamente la madrugada del sábado Álvaro se encontraba realizando una presentación en el local.
Testigos señalan que un grupo de mujeres asistentes a la discoteca se habrían acercado al músico, generado celos en su pareja, lo que ocasionó una fuerte discusión.
“Luego del show, la pareja ingresó a un ambiente de descanso para los artistas y ahí la mujer lo atacó con el arma blanca que portaba. Le realizó varios cortes profundos en el cuerpo y lo dejó ensangrentado en la habitación”, recogió el diario El Comercio de Perú.
En la mira
Desde ese momento Nelly Acosta Egusquiza, de 40 años, se convirtió en la principal sospechosa del crimen que segó la vida del músico.
Este medio obtuvo un video donde se aprecia el cuerpo del músico tirado en el piso ensangrentado, aún con vida.
A pocos metros se encontraba Acosta Egusquiza en crisis nerviosa tras lo ocurrido, pidiendo que salven a su pareja, ello tras haberle, presuntamente, propinado los ataques con un cuchillo.
Otras de las versiones señalan que el músico habría estado agrediendo a su pareja, al punto que ella, en aparente defensa, atacó al cartagenero generándole las heridas mortales.
La presunta agresora, aseguraron testigos, trató de salir del lugar, pero fue retenida por los trabajadores del negocio.
Hasta la habitación, ubicada en el segundo piso de la discoteca, donde se produjeron los hechos, llegaron efectivos policiales y la fiscal de turno para realizar la capturar de la mujer y recabar las evidencias que permitan esclarecer los hechos que rodean el crimen.
Vega fue llevado al hospital regional en donde los médicos solo pudieron certificar su muerte. “Perdió mucha sangre producto de las múltiples heridas que registró en varias zonas de su cuerpo”, dijo una fuente.
Familiares del artista en Cartagena, aseguraron a AL DÍA que Vega Gamarra habría conocido a su compañera sentimental en Perú, pero desconocen más datos de la mujer.
“Sabemos que ella controlaba mucho a Álvaro, incluso no lo dejaba hablar casi por teléfono con sus padres”, dijeron.
Varios amigos del artista también catalogaron la relación como “tormentosa” y no descartan que la discusión haya sido por un “ataque de celos”.
Sobre la mujer
Este medio pudo conocer que Acosta Egusquiza es de nacionalidad peruana y en documentos de identidad figura como divorciada.
Entre tanto, la Policía y la Fiscalía asumieron la investigación del crimen.
Testigos señalaron que la comunidad colombiana en Iquitos, solicitaron a las autoridades, a través de una pequeña manifestación, que se resolvieran los hechos con “la mayor prontitud”.
Álvaro Vega, era hijo de Lucho Vega, hermano mayor del acordeonero Manuel Vega, perteneciente a una dinastía de músicos en Cartagena, además de ser reconocido por sus participaciones en los festivales vallenatos en la Costa.
Precisamente, Manuel Vega quien se trasladó la tarde del pasado sábado hasta Perú junto a varios familiares para iniciar los trámites para la repatriación del cuerpo.
Wendy Vega, prima de la víctima, se contactó con este medio la tarde de ayer e informó: “Estamos en Iquitos. Nadie nos quiere representar. Necesitamos ayuda de un abogado, logística de transporte y que Cancillería nos colabores con todo este procedimiento”, dijo.