Tras cumplirse 7 meses de la extraña muerte de Madelayne Sofía Ortega Villa, ocurrida en el interior de la Universidad del Atlántico, sede centro, pocos han sido los avances que se han dado en la investigación de los hechos.
EL HERALDO conoció que el caso está a la espera de que un funcionario de Bogotá sea asignado en Barranquilla “para la reconstrucción de los hechos y escena del crimen”. Tal acción no se ha dado debido a la emergencia sanitaria por la que atraviesa el país.
“Por la pandemia no ha sido posible concretar el traslado del profesional a Barranquilla desde Bogotá”, dijo una fuente a este medio.
El miércoles 18 de diciembre de 2019 el cuerpo de la estudiante de Derecho de 17 años fue encontrado sobre un lago de sangre, al pie de la escalera del bloque en el que —antes del paro estudiantil y toma de la sede— se dictaban cursos de idiomas. Allí había estado la adolescente durante los 18 días previos a su muerte.
Desde que se conoció la muerte de la adolescente este medio ha hecho un seguimiento de cerca a los movimientos del caso, con la intención de dar a conocer los avances de la investigación.
Roberto Ortega, padre de Madelayne, indicó a este medio, en mayo pasado, que desde febrero no sabía nada del avance de la investigación por la muerte de su hija, de quien asegura fue asesinada.
“Ya son cinco meses (en mayo) y aún no hay nada concreto de qué fue lo que sucedió, por ende, ningún capturado. La gobernadora (Elsa Noguera) y el rector de la Universidad del Atlántico (Jorge Restrepo) prometieron ayudarnos en el caso, pero hasta el momento nadie se ha manifestado”, dijo Ortega.
En su momento, este medio conoció que ya había resultados concluyentes de la necropsia y que serían referentes al estado en el que se encontraba Madelayne tras su muerte, pero Medicina Legal envió muestras a Bucaramanga (Santander) para ser analizadas nuevamente y confirmar lo que reveló la primera necropsia.
Para entonces, ya se conocía que el cuerpo de la joven presentaba marcas de dedos en los brazos, pero no se había determinado si habían sido previas o posteriores a la muerte.
De igual forma, se conoció que se le haría una autopsia psicológica para intentar verificar que la muerte no haya sido producto de un suicido.
Esta última hipótesis ha sido negada en reiteradas oportunidades por el padre de la menor, quien alega que su hija era una joven alegre y “llena de sueños y metas”.