“Da pesar, porque esas dos niñas que tiene, merecen una madre que salga adelante con ellas. Le va tocar quedarse con las dos niñas o abandonar el mundo criminal; decirle a los que la invitan a delinquir que ya no más, que necesita salir adelante con sus dos hijas”. Esas fueron las palabras que le dijo el juez 17 penal municipal, Delio Iván Nieto Omaña, a
Cindy Miyurai León Miranda
, alias Mil Caras, al momento de dictarle medida de detención domiciliaria con brazalete electrónico.
La mujer, de 27 años, fue capturada en la vivienda ubicada en la carrera 3C número 52B-107, del barrio Carrizal. Era requerida por el Juzgado Noveno Penal Municipal mediante orden de captura para que responda por los delitos de extorsión agravada, en concurso con concierto para delinquir con fines de extorsión y microtráfico. Con la del miércoles, ya son siete las veces que las autoridades capturan a alias Mil Caras, quien presenta anotaciones judiciales por los delitos de hurto, porte ilegal de arma de fuego y estupefacientes y concierto para delinquir agravado con fines de extorsión.
Cindy Miyurai León Miranda es conocida en el mundo delincuencial como Mil Caras, por cambiar su apariencia física muy a menudo, con lo que evitaba ser identificada y capturada fácilmente por las diferentes autoridades.
Mil Caras, no pudo contener las lágrimas tras la captura.
En audiencia realizada en la sala 5 del Centro de Servicios Judiciales, un fiscal especializado adscrito al Gaula, informó que León Miranda integraba la banda delincuencial ‘Las Féminas’, que se dedicaba a extorsionar a las internas del centro de reclusión femenino El Buen Pastor, donde estuvo privada de la libertad.
De acuerdo con el representante del ente acusador, algunas internas víctimas de la banda delincuencial denunciaron que Mil Caras era una de las personas que les exigían cuotas diarias que oscilaban entre los 2 mil y 10 mil pesos, a cambio de no atentar contra ellas ni contra sus familiares en días de visitas.
El 15 de marzo de 2015, ‘Mil Caras’ fue capturada en el barrio Lipaya cuando se movilizaba de parrillera en una motocicleta. Los policías le hallaron un revólver sin permiso para porte y se identificó con una cédula a nombre de otra persona, por lo que fue privada de la libertad. Pero, el pasado 13 de mayo el juez ordenó su libertad debido a que habían trascurrido más de 120 días desde que la Fiscalía le leyó el escrito de acusación en su contra y no se había dado inicio al juicio oral.
El juez le concedió el beneficio de detención domiciliaria con brazalete electrónico durante seis meses, debido a que se encuentra amamantando a una bebé recién nacida.