Poco a poco se van conociendo detalles sobre el caso de Liliana Segovia Navarro, la mujer que había sido reportada como desaparecida el 28 de febrero en Barranquilla y cuyo cadáver fue hallado el miércoles anterior, es decir dos días después, en un sector enmontado del municipio de Tubará, Atlántico.
El cuerpo de la mujer, en avanzado estado de descomposición, tenía en su cabeza una bolsa plástica y en la boca cinta pegante, lo que hizo presumir a las autoridades que su muerte fue por asfixia mecánica.
Este viernes las autoridades policiales dieron a conocer que el vehículo Nissan Xtrail modelo 2022, placas KQV-902 y que le fue hurtado a la mujer, fue devuelto por un comerciante de vehículos de segunda que, según su versión, lo adquirió a través de una compra a unas personas.
En las pesquisas, la Policía evidenció que el automotor estuvo un par de días en Valledupar y luego se negoció con el comerciante, pero este, al verificar con notas de prensa que estaba envuelto en un lío, decidió entregarlo voluntariamente a las autoridades.
AL DÍA conoció que la camioneta Nissan Xtrail color plateado fue adquirida por la momposina Liliana Segovia el pasado mes de diciembre en la vitrina Alto Prado, en la carrera 53 con calle 74 esquina, norte de Barranquilla, luego de financiar un crédito con el banco Finandina por valor de 142 millones de pesos, valor total del vehículo.
Incluso, en los registros de la compra, que hoy son del resorte de las autoridades, se tiene que la mujer cotizó un par de veces el automotor antes de adquirirlo.
Cabe recordar que la familia de Segovia Navarro, quien tenía 36 años de edad, denunció su desaparición el primero marzo luego de que esta no retornara a casa.
En una circular de búsqueda del Grupo de Investigación de personas desaparecidas del CTI de la Fiscalía se detalló que ella salió de su vivienda del barrio Boston el día 28 de febrero, tomó la carrera 43 con sentido hacia el norte de Barranquilla para dejar a su sobrino en el colegio y, posteriormente, regresó a casa para buscar algunas pertenencias. Luego volvió a salir en el vehículo y no se supo más nada de ella.
Todos esos movimientos quedaron registrados en unas cámaras de vigilancia instaladas en casas vecinas de su residencia.
Una fuente policial manifestó a este medio que hoy se les sigue la pista, además de los desconocidos que vendieron el carro al comerciante, a unas personas que sí conocía la víctima y que se habrían encontrado con ella momentos previos a su desaparición.