La directora seccional de Fiscalías, Ángela Bedoya, señaló ayer, durante la rueda de prensa sobre los 19 capturados del plan Pudor, que al caso de Levith Rúa Rodríguez se sumarán cinco nuevas versiones de víctimas. “Otras mujeres han hablado, hay cinco casos más”.
Asimismo, indicó que hoy será un día “importante” para la familia de Gabriela Romero Cabarcas y para la sociedad. “Medicina legal entregará el cuerpo de la niña Gabriela y coincidirá con que se realizará la audiencia de formulación de imputación por la conducta de feminicidio”.
Trascendió que el expatrullero de la Policía Levith Rúa Rodríguez estuvo con detención domiciliaria en 2010 en Valledupar, luego que intentara abusar a una mujer en un salón de belleza situado en el barrio Doce de Octubre de esa capital. Haciéndose pasar como cliente ingresó al establecimiento, cerró la puerta y se propuso reducir a la víctima, quien defendiéndose empezó a gritar y forcejear, lo que alertó a los vecinos del sector.
Este medio recorrió ayer el sector de la calle 25 A con carrera 13, de Valledupar, donde el 24 de junio de ese año ocurrió el hecho, que aún recuerdan algunos de sus moradores. Yadira Almanza, residente en el Doce de Octubre señaló que “escuchamos el comentario de la muchacha que trabajaba en un centro de cosmética y decían que Rúa había intentado violarla, después de eso no volvimos a saber más nada de él hasta ahora que aparece en los periódicos”.
Otra lugareña, que prefirió no revelar su nombre, dijo que la empleada de un salón de belleza gritaba y decía que un Policía intentó violarla. Tras el hecho, una patrulla llegó al sitio y capturó al uniformado. Por ese caso, Levith Rúa, quien para entonces era patrullero activo de la Policía, se le abrió una investigación en la institución y fue llevado ante una juez con funciones de control de garantías que lo cobijó con detención domiciliaria bajo el cargo de tentativa de abuso sexual. La directora de Fiscalías dijo que Levith Rúa es una persona que es reconocida fácilmente por las víctimas y que se puede identificar por el ‘modus operandi’. “Esta persona se reconoce muy fácil por los tatuajes que tiene en sus brazos y en el pecho y porque actúa siempre de la misma manera: contactando a sus víctimas por redes sociales”, precisó.