La Fiscalía investiga un presunto abuso sexual en la Estación de Palmar de Varela, Atlántico, acusando al jefe de la dependencia.
La víctima, bajo reserva de identidad, relató el incidente, destacando que su relación con el agresor era meramente profesional.
La patrullera, en sus primeros cinco meses de servicio, considera abandonar su sueño policial tras el incidente y llama a denunciar el acoso.
La Fiscalía General de la Nación adelanta la investigación del caso de un presunto abuso sexual que se presentó el pasado lunes 22 de abril en las instalaciones de la Estación de Palmar de Varela, en el oriente del departamento del Atlántico.
El caso que acusaría al jefe de la dependencia se dio a conocer gracias a la denuncia de la misma by a la confirmación de la Policía del Atlántico por medio de un comunicado. Bajo reserva de su identidad, AL DÍA habló con la víctima sobre lo sucedido y lo que ha sentido tras dar a conocer al mundo su amargo suceso.
El presunto agresor afirmó ante las autoridades que entre ambos había una relación sentimental, por lo cual esto fue lo primero que desmintió: “Solo quiero aclarar que yo no manejaba ningún tipo de relación sentimental con la persona. Él dice que tiene conversaciones y no tengo ningún problema en que las muestre. Ahí no se debe evidenciar nada. Mi relación con él era meramente profesional y hasta ahí”.
La agente ratificó que es la primera vez que pasa por una situación como esta. En realidad, “nunca vio intenciones de nada en él”. “Nunca pensé que yo le llamaría la atención en ningún sentido”, declaró a AL DÍA.
“Es la primera vez que me pasa esto, siempre he sido una persona que se da a respetar. No me le voy con insinuaciones a ningún hombre. Eso no me gusta. Trato de ser seria y correcta en las cosas”, mencionó.
Sobre su superior destacó que solo quiere que pague ante la ley por lo que hizo, no está segura si lo ha hecho anteriormente. “Es algo muy feo, sinceramente no se lo recomiendo a ninguna mujer. Uno se siente destrozado por dentro y no es correcto que cualquier persona, ni mucho alguien de la institución, quiera hacer eso con personas de menor rango”.
El sueño de la mujer siempre fue ser policía. Nunca tuvo otro, pese a que sus padres no lo veían con buenos ojos en sus inicios. No renunció a su sueño, aunque ahora parece que su retirada ha tomado fuerza en su mente.
“Quería seguir (como patrullera), pero esa idea ya la tengo como en duda por lo sucedido”, dijo con voz entrecortada.
“Yo pensaba que en una estación policial estaba segura de que ahí no me iba a pasar nada, pues son las autoridades las que tienen que proteger a la comunidad”, añadió, luego de tomar aire.
“No me dio miedo de hablar lo que pasó por el rango de él. Somos seres humanos y nadie tiene que pasar por arriba de nadie, solo por el simple hecho de estar por encima de uno. Si alguien está sintiendo cualquier tipo de acoso que lo diga inmediatamente. Tengo hermanas y no me gustaría que les pasara lo mismo, esto no solo ocurre en la Policía. Ojalá una persona así no quede libre”, finalizó.
La patrullera solo tenía cinco meses en la vigilancia del municipio, por su parte el oficial fue separado del cargo “para garantizar el debido proceso y la investigación”.