“Es la última oportunidad para que extraditen a Jaime Saade Cormane”. Esa frase la entregó este jueves Martín Mestre Yunez, padre de la joven Nancy Mariana Mestre, asesinada en Barranquilla en 1994 y por quien se condenó en ausencia al hombre que luego se internó en Brasil desde aquella época.
En diálogo con AL DÍA, Mestre Yunez, quien por más de 25 años ha tratado de que se haga justicia por la muerte de su hija, expresó que hoy existe una última oportunidad para que Saade Cormane sea expulsado de territorio brasileño y así llegue hasta un reclusorio de Colombia.
Cabe reseñar que en octubre del año anterior la defensa de la familia Mestre, apoyada en abogados de EE. UU. y Brasil, interpusieron un recurso ante la Corte del país suramericano con la que se buscaba revocar la sentencia que negó la extradición de Saade.
En esa línea, se conoció que la Corte aceptó estudiar la petición toda vez que la decisión se basó en la prescripción, en Brasil, de la sentencia condenatoria emitida contra Saade en 1996, más no se tuvo en cuenta la legislación colombiana, nacionalidad de la que es señalado y donde cometió el delito. Otra de las razones de la negativa de extradición fue por un empate en los votos de los magistrados del Supremo
Tribunal Federal brasileño en octubre de 2020. Ahora, según Mestre, este miércoles 29 de marzo próximo se llevaría a cabo la diligencia en la que se definiría el traslado de Saade Cormane.
“El 29 de marzo hay una audiencia del supremo tribunal de Brasil con el objeto de decidir en pleno, los 11 ministros o magistrados, la situación de Jaime Saade Cormane. De esa diligencia o audiencia saldrá si autorizan la extradición o se queda en Brasil. O revocan la decisión anterior y hacen una elección nuevamente. Eso es todo lo que hay en torno a eso”, explicó.
Así mismo, el hombre comunicó que dada la importancia de la audiencia “yo voy a ir a Brasil, voy a estar allá y, si me permiten, voy a hablar también en el encuentro de los magistrados”.
El barranquillero Jaime Saade Cormane se encontraba preso en Brasil desde su captura a principios de 2020, cuando la Interpol logró identificarlo por una huella que dejó en un vaso que había utilizado en un lugar público. Fue un operativo como de película. Saade había estado escapando por más de dos décadas, y se había hecho con una nueva identidad en el gigante suramericano: se hacía pasar por un médico de nombre Henrique Dos Santos Abdala, casado y con dos hijos.