Historias

Supuesta aparición de una ‘bruja’ tiene atormentados a los habitantes del Barrio Primero de Mayo

Vecinos hablaron con AL DÍA sobre la extraña figura que los asusta.

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Que tiene el cabello liso, negro azabache y tan largo que le cubre el rostro. Que las uñas le parecen garras. Que no mide más de 1.50 metros y tiene la piel arrugada como la de una anciana. Así describen habitantes del barrio 10 de Mayo de Soledad a una supuesta bruja que desde hace unos 15 días perturba y tiene alborotado a ese populoso sector.

También afirman que la han visto volar entre los árboles de los patios de las casas; y cuando lo hace deja una estela de humo. Ya la llaman ‘la Bruja de la 50’, pues la supuesta primera aparición fue en la carrera 50, con la popular y famosa calle 17.

Basta con llegar a esa dirección, y de inmediato los moradores del sector saben de qué les están hablando, cuando les preguntan por la bruja que los atemoriza. “Ese demonio sale de los lados de la cancha, sigan bajando”, gritó una vecina que por temor a las cámaras se negó a salir de su casa ante la pregunta de AL DÍA.

Cuatro cuadras abajo, sobre la misma carrera 50, está la única cancha de fútbol del lugar adornada con un letrero que destaca el nombre del barrio. En ese sitio Andrés Fuentes Dañer, mejor conocido como ‘el Indio’, habla con propiedad sobre la tan mentada ‘bruja’. “Esa bruja sí existe y nos está azarando”, precisa el muchacho de 22 años.

“Yo caminaba solo por el barrio cuando escuché los gritos de la gente, eso fue el jueves pasado (junio 28), como a las 8 de la noche. Cuando averigüé qué era, me dijeron que se trataba de una bruja”.

Con las ansias de ganarse 50 mil pesos que le prometieron los vecinos para echarle el guante a la aparición, ‘el Indio’ se involucró en una verdadera ‘cacería de brujas’ que lo llevó a volar paredillas hasta caer en el patio de una vivienda situada en la carrera 51 No. 15-87.

CONTACTO CERCANO

“¿Por qué me persigues? Maldito”, aseguró Fuentes que le gritó la bruja trepada en una palmera de coco de siete metros de altura. “Yo llevaba un hilo blanco y un lazo entre las manos. Quería atarla. Así es como se atrapan las brujas. Así me decía mi abuelo que se hace”, agregó el joven de manera atropellada.

El ‘Indio’ afirma también que el supuesto ente maligno descendió, y él la tuvo frente a frente. “Era horrible. Tenía uñas largas, cabello negro y liso, de piel pálida y dientes filudos”, la describió con voz quebrada, e inquieto al regresar con este periodista al sitio del encuentro con la bruja.

“Mi hermano, ver de nuevo esa palmera enseguida me da la tembladera”, agregó el joven, quien cortó el relato para ver el vuelo de una ‘maría mulata’, que sorpresivamente salió de la palmera. María Cervantes, propietaria de la casa en la que Fuentes asegura vio a la bruja, manifestó que ella no ha visto nada, “y espero no tener que verla”, dice.

“Me asombra el estupor colectivo del barrio, casi todos los vecinos andan con ese cuento”, agrega. ‘La Bruja de la 50’, dicen otros que supuestamente la han visto, aparece montada en la copa de los árboles.

La 50 es una vía de dos carriles que atraviesa el barrio a lo largo. Sobre el final está destapada y en ambos costados hay una abundante vegetación de árboles frondosos, así como también en las terrazas de las casas.

“Como por aquí hay tanto palo es que la bruja se ha venido para acá. La primera vez que la vimos estaba escondida en el níspero de la casa”, aseguró Elkin Darío Ortiz, 36 años, residente en la carrera 50 No 15-86.

PRIMERA APARICIÓN

Ortiz aseguró que la primera vez que ellos vieron lo que aseguran y juran es una bruja, fue el pasado miércoles 20 de junio. Ese día no se mostró a plenitud, porque se escondió en un palo de níspero. Dos días después sí se hizo visible”, declara sin sonrojarse. “Estaba vestida de negro, cabello largo, poco se le veía el rostro, usaba botas y se movía envuelta en humo”, añadió.

“Ese día el que la correteó fue un vecino, un poco incrédulo, hasta que alcanzó a verla y convencerse”. El vecino al que se refiere Ortiz tuvo, según su relato, de frente a la bruja en un callejón, pero al verla se quedó petrificado de los nervios. “Y eso que solo lo miró a los ojos”, añade.

A pesar de que algunos habitantes del 10 de Mayo cuando oyen del tema se cruzan las miradas entre ellos, se llevan las manos al rostro y dibujan risas temerosas algo escépticas; muchos toman sus precauciones por aquello de que, “¿Brujas? De que las hay las hay”.

Por eso para dormir ponen las chancletas en cruz debajo de la cama, rosarios detrás de las puertas, encienden velas a la virgen, y han desempolvado todas las imágenes religiosas para decorar las salas de las casas.

“Uno está sano, porque no le hemos hecho nada a nadie, pero bueno, uno se encomienda a Dios para que nos proteja, que nunca falte la veladora, la imagen de Jesús y listo”, finalizó Elkin Ortiz, auxiliar de servicios generales.

¿Verdad o mentira? ¿Bruja o demonio? ¿Creencia o imaginación? Cualquiera que sean las respuestas a estos interrogantes, lo cierto de todo es que hoy en este barrio soledeño solo se habla de una cosa: ‘La Bruja de la 50’ que sale en las noches, se esconde entre árboles, pero que por ahora solo amenaza la tranquilidad de la gente.

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