Si en la ciudad el mejor amigo del hombre es el perro, en el campo es el burro. El Equus africanus asinus, —nombre científico— le sirve al campesino para transportarse y llevar cargas de leña y cosechas que recoge en el campo, a cambio de hierba fresca y agua. No pide más. Ha sido de gran utilidad para los habitantes de poblaciones apartadas, a las que llegar en vehículos es imposible. El profesor Luis Soriano, por ejemplo, se ha valido de dos ejemplares (Alfa y Beto) para inculcar el hábito de la lectura en niños campesinos, un proyecto famosísimo llamado ‘Biblioburro’.
Tan queridos son estos animales domésticos de origen africano, que en San Antero (Córdoba) todos los años, al finalizar Semana Santa, les rinden homenaje en el llamado Festival del Burro.
Por toda esta nobleza que representan, es que la gente de las zonas rurales del Atlántico y la Costa están estupefactas con lo que ha venido ocurriendo con muchos burros que aparecen cada tanto despellejados en parcelas y fincas.
“Por acá cerca de Ibácharo (corregimiento de Piojó) se metieron en la noche en unas parcelas. Cogieron siete animales, los mataron, los pelaron y se llevaron las pieles. Dejaron los restos. Incluso, sacrificaron uno chiquitico”, contó Sandra Martínez, habitante de la población.
Estas fotos corresponden a la matanza de siete burros cerca de Ibácharo, hace dos semanas.
Son muchísimos los casos como este, pero según la Policía no se pueden cuantificar porque los dueños la mayoría de ocasiones no denuncian. Sobre lo que hacen los cuatreros con las pieles se ha tejido toda una telaraña de hipótesis: que las usan narcotraficantes para ocultar droga, que las llevan a Medellín para hacer carteras, zapatos y bolsos, en fin.
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pudo establecer que los cueros de asnos de la Costa son exportados en su gran mayoría a México y China, dos mercados que demandan estas pieles para usos diversos que van desde la marroquinería hasta la fabricación de medicinas y cosméticos. Salen en barcos desde el puerto de Barranquilla en un contáiner con toda la documentación en regla, permisos del ICA y autorizaciones de la DIAN.
“La exportación de pieles saladas de burros es un negocio como el de los cueros de bovinos, por ejemplo. Aunque es más costoso”, explicó un agente de aduanas consultado por este medio.
Mientras una pieza entera de res puede costarle al distribuidor 30.000 pesos si fue obtenido de forma tecnificada, es decir con máquinas; y 20.000 a cuchillo, de forma artesanal; una pieza de asno cuesta entre 150.000 y 300.000 pesos.
“El precio ha subido porque se está sintiendo la escasez de ejemplares”,explicó el agente aduanero. Por esa dificultad de conseguir las pieles, los exportadores solo envían un contáiner cada cuatro meses, mientras reúnen mínimo 1.300 piezas para que les resulte efectivo el negocio. La tabla de precios de cueros de asnos, que son salados para que no se descompongan, aunque ha variado, se mantiene alta. Un kilo puede costarles a los compradores de China y México 11 dólares, y si prefieren comprarlo por unidad les cuesta 220 dólares en promedio. “Un contáiner de 1.300 unidades más o menos estaría representándoles a los exportadores 265.000 dólares, algo así como 800 millones de pesos”, afirmó el agente.
¿ES PERMITIDO?
A los exportadores de pieles no se les exige mayor documentación que la que pida el país de destino. Así lo afirmó Rafael Sanmiguel, subgerente de protección fronteriza del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
“Están saliendo del país con un certificado simple. El médico veterinario del puerto del ICA no debe certificar nada particular, sino especificar la carga: van tantas pieles. No se exige ninguna declaración ni protocolo sanitario para la exportación, excepto para Perú y México”, dijo Sanmiguel a
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vía telefónica desde Bogotá.
“El aprovechamiento de las pieles equinas (caballos, mulas, asnos) es permitido y legal siempre y cuando sean sacrificados en mataderos que cuenten con permisos para este fin. En Colombia, si no estoy mal, hay solo cuatro plantas de este tipo, en Bucaramanga, Mosquera (Cundinamarca) y otra en Nariño, que es de donde salen a Perú”, afirmó Sanmiguel.
Los cueros de burros se salan para que se conserven.
Es decir, según esto lo ilegal es que alguien robe o sacrifique un animal que no es de su propiedad. O que en mataderos clandestinos despellejen asnos sin estar autorizados para ello. Esto es lo que está ocurriendo en la región Caribe.
“El robo de burros como delito no existe, se tipifica como abigeato. Sobre este particular hemos recibido denuncias de 16 asnos hurtados, cinco para carneo y del resto no se sabe nada. Por estos casos hay seis capturas”, informó el coronel Raúl Riaño Camargo, comandante de la Policía del Atlántico. El oficial dijo además que la Policía implementó una reacción para contrarrestar este flagelo.
“Con un grupo conformado por 20 uniformados en motos, se hacen recorridos diarios por fincas con actividades específicas”.
Además vigilan el casco urbano, municipios y corregimientos; en la madrugada expendios de carne y el ganado que transportan, sobre todo en las horas críticas que se ha definido entre las 11 p.m. hasta las 3 a.m.
Sobre esto último el ICA busca ejercer un mayor y mejor control. “Colombia no puede cerrar un mercado de exportación. Lo que sí vamos a hacer es sentarnos con el doctor Javier Guzmán Cruz (director del Invima), para hacer una relación de las plantas y exportadores de pieles. La idea es definir reglas para el movimiento de cueros dentro del territorio colombiano, para que no se sacrifiquen animales en mataderos clandestinos”, aseguró Sanmiguel.
¿POR QUÉ ES TAN BUSCADA?
Expertos en marroquinería aseguran que la piel de burro es muchísimo más resistente que otras. Por eso su demanda en países como México y Perú es alta. La cartera, el bolso o los zapatos que usa puede que estén hechos con este material.
Sin embargo China, que es el mayor comprador, lo usa como insumo para la medicina tradicional de ese país. Productos a base de piel de burro han sido utilizados ancestralmente allí, y de tanto explotar las pieles hay escasez de asnos. Por eso les compran a Perú, Ecuador, Colombia, e incluso Australia.
Uno de esos productos es el Ejiao, que se logra hirviendo la piel del burro y refinando sus resultados hasta obtener un potente tónico. Ejiao se prescribe principalmente por las mujeres que sufren de anemia, tos seca o mareo.
Ejiao, medicina tradicional china a base de pieles de burros. Se le atribuye muchos benefi cios en la cultura de ese país asiático.
También los curanderos tradicionales chinos preparan un medicamento con este extracto que se conoce como Nu Bao. Según ellos, mejora la vitalidad y aumenta la libido en las mujeres. Igualmente ayuda a reducir el dolor menstrual.
A la piel de burro también se le atribuyen milagros como el rejuvenecimiento de piel humana, debido a esto algunos cosméticos son hechos con estos cueros. “Protege la oxidación por el aire y el envejecimiento. Puede hacerle blanco, disipar puntos, aumentar elasticidad de piel, y retrasar los problemas del envejecimiento”, se lee en una página china que comercializa cremas.