César Alberto Cordero Sarabia sigue buscando respuestas. El joven, quien resultó herido por un disparo la noche del 30 de agosto en la Ciudadela 20 de Julio tras el triunfo del Junior, asegura que no participó en ningún hurto y pide que su caso sea investigado a fondo porque, dice, hubo irregularidades en la actuación policial.
Los hechos ocurrieron en la calle 46 con carrera 7A Sur, frente a una tienda conocida como La Hinchada. Según el relato de Cordero y de testigos, esa noche se presentaron dos riñas en puntos cercanos: la primera alrededor de las 10:30 p. m. y una segunda, cerca de las 11:30 p. m., que derivó en la llegada de la Policía. El joven asegura que intervino para ayudar a un muchacho que estaba siendo agredido y que, en medio de la confusión, los uniformados reaccionaron de forma violenta. “Yo solo lo ayudé… jamás robé nada”, dice.
Cordero relata que mientras huía de una presunta persecución fue alcanzado por un disparo que le provocó una herida de consideración. Tiempo después se enteró de que lo señalaban como autor de un hurto —de una mototaxi, dos cadenas y un reloj—, acusación que su defensa asegura es falsa: el supuesto denunciante se retractó ante notario y la Fiscalía, tras revisar evidencias, decidió no presentar escrito de acusación por inconsistencias en la denuncia.
La defensa presentó pruebas que, según el abogado, desmontan la versión policial inicial: declaración juramentada del denunciante que niega el hurto, registro del Centro Automático de Despacho (CAD) que confirma reporte de riña esa noche, historia clínica y otras certificaciones oficiales. Además, una verificación solicitada a la SIJIN determinó que Cordero no registra antecedentes judiciales, contradiciendo el informe policial que lo vinculaba con lesiones personales.
En la audiencia de control, el juez consideró que no había méritos para imponerle medida de aseguramiento a Cordero, y la investigación por ahora no avanzó hacia una imputación formal. El joven, sin embargo, insiste en que su caso no puede quedar en la nada: reclama que se investiguen las inconsistencias en los informes policiales y que se aclare por qué se lo vinculó con hechos que, dice, nunca cometió.
La familia y la defensa piden que las autoridades recojan todas las pruebas, escuchen a los testigos y revisen los procedimientos aplicados la noche del incidente, para determinar responsabilidades y, de ser necesario, sancionar las posibles irregularidades en la actuación policial.