Juana Aritama de Fuentes, la mujer más vieja de Santa Marta y quizás del Caribe colombiano, celebró ayer en su natal Gaira, 112 años de existencia. Desde bien temprano el lunes, sentada en su silla de ruedas, esperó en la sala de su casa, en el barrio Nueva Betel, a familiares y amigos que se acercaban para saludarla y entregarle un presente.
A todos les agradeció y les pidió que oraran por ella y por su familia, que le rogaran al Señor para que le permitiera seguir viviendo abrigada por el amor de Tranquilina, Olga, Silfredo y Rosario, los cuatro hijos que le quedan de los 6 que tuvo con José Rosario Fuentes.
Allí, unos cerca, otros lejos, sus 41 nietos, 95 bisnietos, 52 tataranietos y un chozno, todos felices porque el símbolo de la familia sigue ‘vivita y coleando’.
Y aunque tiene episodios cortos de ausencia de memoria, en sus días de lucidez mental, como el del lunes festivo, pregunta por todos, cuenta episodios de su juventud y de sus padres, de quienes dijo con impresionante claridad, “se llamaban Domingo Aritama y Teodora Alandete… eran de Cartagena”.
El día de su cumpleaños Juana, a quien el profesor Enrique Mendoza le dio el apelativo de ‘El Roble’, símbolo de su fortaleza, resistencia, constancia, y buena salud, tarareó y acompañó con sus palmas el vallenato Acompáñame, de Miguel Morales.
“Nadie sabe por qué, pero es esa melodía la que la emociona, al punto que sus ojos de humedecen”, comentó su hija Rosario.
Esta mujer, cuyos recuerdos fotográficos de su juventud se los llevó un huracán que hace muchos años causó estragos en Gaira, guarda con recelo en un cofre el anillo de matrimonio.
“Fue un buen hombre… lo quise mucho”, dijo al referirse a su esposo José Rosario, de quien dijo, “molía caña en el barrio La Quinina de Gaira para preparar la panela.