Los resultados de la necropsia validaron el escrito de “muerte violenta ” que hace aproximadamente dos meses aparecía en su acta de defunción. Un “trauma de abdomen cerrado ” fue la causa de su muerte.
La noticia de que Esneider Anillo Moreno , de 19 años, había sido encontrado desplomado, pálido y con aparente signos de intoxicación, en uno de los baños del Batallón De Infantería No.19 Joaquín Paris, en San José de Guaviare, toma menos credibilidad para su familia, luego de que en sus manos tuvieran el dictamen de los peritos forenses.
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AL DÍA llegó hasta la carrera 3E con calle 53, del barrio Las Américas , vivienda en la que residen sus familiares , y en las que se reunieron para pedir justicia por el hecho.
Karenis Milagros Moreno no se separó en ningún momento de un cuadro que tiene la foto de “su pequeño ”. En diálogo con este medio mencionó que “es muy triste ver lo que dio el dictamen, a mi hijo me lo mataron, no es justo que él se haya ido para cumplir sus sueños y me lo devuelvan como lo hicieron”.
La conversación se detuvo cuando la madre del joven comenzó a hablarle a su retrato entre lágrimas, pronunciando palabras que se clavaron como estacas en los corazones de los presentes: “Te amo , tu tenías muchos deseos para mí, me ibas a regalar un casa, pero no era la idea que te mataran allá”.
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“Él me decía que quería ser escolta , y yo le dije que sí, que yo lo iba a ayudar para eso, porque yo trabajo en casa de familia”, dijo la progenitora.
La espera para que entregaran la necropsia culminó por la insistencia de Diana Pérez , tía de Esneider, al ver el poco interés por parte de las autoridades en el caso. Ella envió un derecho de petición el pasado 4 de agosto a la Fiscalía del Guaviare , quienes le respondieron el correo con la necropsia el 26 del mismo mes.
“Yo lo primero que hice fue hablarle con el pastor de la iglesia donde ella está asistiendo para que la preparara en oración , porque ella (Karenis) realmente no está bien, la presión se le ha aumentado mucho, tiene momentos en los que se queda en blanco y empieza a hablar como si Esneider estuviera aquí”, añadió Pérez.
Pero al final la noticia llegó. “Cuando le dijimos ella se alteró, pero gracias a Dios no pasó a mayores. Ella ha sufrido mucho en estos dos meses, la pérdida de un hijo no es fácil , y más cuando te cuentan primera una historia y de repente te la necropsia te arroje otra totalmente diferente (…) no queremos que otros familiares que manden a sus hijos en búsqueda de un futuro vengan a pasar por lo mismo que nosotros. Como familia vamos a luchar por la justicia de mi sobrino”.
Versiones que no encajan
El último contacto que la familia del joven, de 19 años, tuvo con el Ejército Nacional fue el día de su sepelio, cuando un coronel llegó a dar las condolencias. Sin embargo, vía telefónica han intentado contactarse y saber cómo va el proceso, pero, todos le responden lo mismo: “estamos esperando los resultados porque nosotros no sabemos nada ”.
Un mes después del último adiós a Esneider llegaron dos compañeros que habían compartido con él en el batallón en Guaviare, quienes trajeron su libreta militar y el papel que certifica que había prestado el servicio.
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“Ellos llegaron y contaron lo que según ellos había pasado, dijeron que encontraron a mi sobrino muerto , pero en el mismo relato mencionaron que le habían dado primeros auxilios y le dieron leche, pero cómo va a pasar eso, si dijeron primero que estaba sin signos vitales, realmente no sé qué pudo pasar ahí dentro, pero al final solo hubo un triste final ”, detalló Pérez.
El caso
El joven tenía un año y cinco meses de estar prestando el servicio militar en el Batallón De Infantería No. 19 Joaquín París , en San José del Guaviare. Desde allí su madre recibió una llamada el pasado martes 5 de julio en horas de la tarde, en donde un compañero del joven le informó que su hijo Esneider había sido encontrado tendido en el piso del baño, por lo que lo llevaron a un centro asistencial ubicado a 90 kilómetros del lugar.
Siendo las 10:00 p.m. y cansados de buscar los números de los batallones por internet, los allegados de Anillo Moreno se contactaron con un teniente, quien le confirmó el deceso y argumentó que no tenía más información .
El cuerpo llegó al barrio Las Américas , donde reside su familia, el jueves 7 de julio en la noche, luego de horas y horas de espera. Y, de acuerdo con los parientes del uniformado, sin ningún reconocimiento por parte del Ejército Nacional , lo que les causó “tristeza”, y por lo que desde ese momento comenzaron a alzar la voz para pedir claridad en la muerte del joven.