La conversación de unas madres por WhatsApp que celebran la separación de un niño con síndrome de Asperger, tienes a todos los usuarios indignados.
De acuerdo con BBC, el 30 de agosto las madres de unos estudiantes de cuarto grado estaban felices por la noticia que recibieron de que un niño con el síndrome de Asperger iba a ser apartado de la clase que asisten sus hijos en el colegio San Antonio, en Merlo, Argentina.
La conversación se filtró y fue publicada en Facebook por Rosaura Gómez, la tía del pequeño, denunciando la discriminación que le hacían a su sobrino. "Muy triste que hablen así de una criatura", escribió en su muro junto a las capturas de pantalla de la conversación.
Para la madre del menor, Paola Giacco, la actitud que las demás tomaron es una vergüenza, pues es una discriminación hacia su hijo. “Como mamá, esto me pone muy mal. A ningún papá le gusta que su hijo sea apartado", dijo. "El chat de los padres me dio vergüenza ajena".
Giacco defendió el trato que el colegio le ha dado a su hijo y responsabiliza al resto de los padres por la exclusión. "No me llamó ninguna para pedirme disculpas. En vez de aceptar que se equivocaron con el festejo, quieren justificarlo", concluyó.
De acuerdo con Mirian, una de las madres que hace parte del polémico grupo de chat advirtió que a ella no le molesta el pequeño en el aula, sino el ambiente en el que están aprendiendo sus hijos.
"A nosotros no nos molesta tener al niño en el aula porque tiene tal síndrome o condición. A nosotros nos preocupa el bienestar físico, emocional y psicológico de nuestros hijos. En qué condiciones están en el aula aprendiendo", comunicó Mirian.
"Esto se hizo caótico por un chat que era privado y que se volvió público", agregó.
También aseguró que desde que la conversación se volvió viral ha recibido amenazas de muerte. "Tuve que tener el teléfono apagado. Otras mamás cambiaron su número. Yo no lo cambié porque considero que no hice nada grave".
Al parecer no es la única que las ha recibido, pues Cristina P., otra de las mujeres del chat aseguró ser víctima de intimidaciones.
Por otra parte, el colegio criticó la actitud de celebración de los padres ante la circunstancias. "La sorpresa más grande de nosotros como escuela es que los padres se apropien de esta situación" , según Gustavo González, representante legal del colegio San Antonio.
"Nos duele lo que han volcado los papás en las redes sociales porque eso nos inhabilita a poder trabajar".
UN PROBLEMA QUE YA VENÍA DESDE ANTES
Los representantes del colegio y las madres del grupo de chat aseguran que ellos recibieron al niño en la clase en 2015 teniendo conocimiento del diagnóstico médico.
Sin embargo, Cristina P. expresa que a ella no le consta que el pequeño tenga el síndrome. "Es lo que dice la mamá y el colegio se reserva los derechos de preservar los datos de los niños porque son menores".
De acuerdo con la mayoría de los padres de familia, el niño fue suspendido varias veces por comportamientos agresivos hacia sus compañeros y profesores, además, afirman que siempre intentaron buscar la manera de ayudarlo.
El colegió comunicó que decidieron cambiar la estrategia y cambiar al pequeño de grupo de trabajo, pero negaron que fuese un acto de discriminación.
"Era conveniente generarle un nuevo entorno, con un nuevo docente, que se sienta estimulado frente a un nuevo grupo o clase y que pueda rendir académicamente en ese cuadro de novedad, en ningún momento es separarlo del curso", informó González.
REFLEXIONES Y ARREPENTIMIENTOS
Las madres reflexionaron las palabras y los emojis que mandaron por chat y justificaron sus palabras.
Cristina P., aseguró que a pesar de que el festejo se ve grosero y discriminador, no lo es pues piden también que se haga algo con el menor. "Yo me hago cargo de lo que yo escribí: va a ser un alivio para nuestros nenes pensando en todo lo que pasó".
"Estamos pidiendo por el derecho de ese niño y por los derechos de nuestros hijos a estudiar en un ambiente que sea favorecedor para el aula", indicó. "Tenemos que trabajar en un montón de cosas como padres, pero quizás ya estamos condenados como los discriminadores, mala gente, como una porquería y en realidad esto no es así".
Mirian, al contrario, sí se arrepintió en haber participado en la conversación. "Estoy arrepentida de haber escrito en el chat, no debí hacerlo pero es lo que me salió en ese momento. No discriminé a nadie con este mensaje ni festejé nada, solo pensé que mi hijo iba a estar mejor".