El presidente francés, Emmanuel Macron, fijó ayer en cinco años el periodo para reconstruir “todavía más bella” la catedral de Notre Dame de París, un día después de que fuera parcialmente devastada por un incendio.
“Somos un pueblo de emprendedores. Tenemos mucho que reconstruir. Y la reconstruiremos, más bella todavía”, aseguró el presidente en una alocución solemne televisada a la nación desde el palacio del Elíseo.
“Quiero que esté terminada en cinco años. Podemos hacerlo. Y para hacerlo nos movilizaremos”, agregó Macron, que aseguró que en la tragedia de Notre Dame hay una oportunidad de unir al pueblo francés.
El presidente pidió “huir de la impaciencia y de los anuncios inmediatos”, y pidió a su pueblo que se sienta “consciente de su historia”, y que “aproveche la catástrofe para reflexionar sobre lo que fuimos y lo que somos para mejorar”.
Macron se dirigió en el mismo formato y a la misma hora en el que tenía previsto hacerlo ayer para anunciar las grandes medidas de su política para los próximos años, como respuesta al descontento mostrado por los “chalecos amarillos”.
Pero aquel discurso fue retrasado por el incendio de Notre Dame, al que el presidente se dirigió para ver de primera mano sus consecuencias.
En un tono solemne afirmó que en los próximos días hará esos anuncios, muchos de los cuales han sido filtrados ya a la prensa.
Macron aseguró que el pueblo francés ha sido capaz de levantar grandes obras y reconstruirlas.
“El incendio de Notre Dame nos recuerda que nuestra historia no se detiene nunca, que siempre habrá dificultades que superar, que aquello que creemos indestructible puede ser dañado. Todo lo que supone la Francia, material, espiritual y vivo, es frágil. No debemos olvidarlo”, señaló
Agregó que les corresponde a los franceses “garantizar la continuidad de la nación”.
Durante el drama, señaló: “Cada uno dio lo que tenía”, y quiso ver en esa prueba de solidaridad una muestra de unidad.
“Comparto vuestro dolor, pero también vuestra esperanza. Ahora tenemos que trabajar. Actuaremos y triunfaremos”, aseguró.
Donaciones millonarias
No se habían apagado aún las cenizas del incendio en la catedral de Notre Dame y una lluvia de promesas de financiación, tanto de instituciones como de las mayores fortunas del país, ya trataba este martes de paliar la conmoción que sufren los franceses por uno de sus monumentos más queridos.
Los anuncios llegaron sin pausa. La familia de Bernard Arnault, la mayor fortuna de Francia y propietaria del grupo del lujo LVMH, señaló a través de un comunicado que realizará “una donación de 200 millones de euros al fondo dedicado a la reconstrucción de esta obra arquitectónica, que forma parte de la Historia de Francia”.
Además, el grupo LVMH explicó que pone a disposición del Estado “todos los equipos creativos, arquitectónicos y financieros para ayudar al largo trabajo de reconstrucción y a la colecta de fondos”.
El anuncio de los Arnault respondía así al de la familia de François-Henri Pinault, otro de los grandes bolsillos de Francia, que cuando el incendio todavía no había sido sofocado, se comprometió a aportar 100 millones a través de su sociedad de inversiones Artemis.
Las autoridades reportaron que las donaciones de empresas y millonarios de Francia para Notre Dame superan 600 millones de euros. Una de ellas, L’Oréal anunció un aporte de 200 millones de euros.