De izquierda a derecha: Gina Paola Rivera Toloza, Isamar Johana Algarín Torres, Ana Valeria Alfaro Cabrera, Luis Eduardo Donado Ariza y Brian José Lucena
De izquierda a derecha: Gina Paola Rivera Toloza, Isamar Johana Algarín Torres, Ana Valeria Alfaro Cabrera, Luis Eduardo Donado Ariza y Brian José LucenaCortesía
Historias

Los casos de Gina Paola, Ana Valeria y un rosario de desaparecidos en 2024

Familiares de Gina Paola Rivera Toloza dijeron a AL DÍA que esta fue encontrada en el patio de la vivienda de su expareja. Una llamada telefónica los alertó. En Barranquilla hay otros 12 extraviados.

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El grito de una mujer alertó el domingo anterior a los vecinos de la calle 57 con carrera 2 del barrio Ciudad Paraíso de Soledad. 

La reacción fue de Irene Toloza tras confirmarse que en el patio de la vivienda del exmarido de su hermana Gina Paola Rivera Toloza, desaparecida desde el pasado martes 16 de julio, estaban enterrados sus restos. 

Gina Paola, de 31 años de edad, había sido reportada como extraviada el día 19 de julio, tal y como quedó registrado en el oficio No. 20450-02-163 del Grupo de Búsqueda de Personas Desaparecidas del CTI de la Fiscalía Seccional Atlántico. 

En documento se lee que la mujer había sido vista en la noche del Día de la Virgen del Carmen y, hacia las 9:00, se le perdió el rastro mientras estaba con Deiser, nombre de su expareja. 

De confirmarse el feminicidio, Gina Paola se convertiría en la mujer número 46 asesinada en lo que va de este 2024, en todo el Atlántico.

Al margen de lo doloroso que resulta ser este episodio, hay que citar el rosario de personas desaparecidas durante este año en Barranquilla y su área metropolitana. Hablamos de 12 casos abiertos de desapariciones solo en la capital del Atlántico, de los cuales ocho son personas menores de 30 años de edad. 

Mario Antonio Del Valle Hassan, de 62 años; Ambrosio Gómez Duarte, de 32 años; Camilo Jasser Correa Martínez, de 16 años; Samuel Enrique Hernández Rovira, de 13; Breyner Jose Barrios García, de 36; Jhonnys Andrés Hernández Romero, de 29; Danna Margarita Piña, de 13; Luis Eduardo Donado Ariza, de 47; Gleiber Jose Barrios García, de 15; Isamar Johanna Algarín Torres, de 28; Ana Valeria Alfaro Cabrera, de 14, y Brian Jose Lucena, de 19 años. Estas son todas las identidades de las personas desaparecidas en lo que va del año 2024 en Barranquilla. 

Caso Ana Valeria Alfaro Cabrera

Ana Valeria Alfaro Cabrera

 Las labores del Grupo de Búsqueda de Personas Desaparecidas del CTI de la Fiscalía Seccional Atlántico se intensificaron en los últimos días, en conjunto con agentes de la Policía Metropolitana de Barranquilla, con el objetivo de dar con la ubicación exacta de la adolescente Ana Valeria Alfaro Cabrera, de 14 años, en un caso que ha llamado mucho la atención en la comunidad atlanticense. 

Las pistas que salieron a la luz con el transcurrir de las investigaciones obligaron a extender el radio de búsqueda, que pasó de situarse en los límites de los barrios Rebolo y las Nieves hasta cubrir varios sectores de la localidad Norte-Centro Histórico.

Hablamos de más de 15 días turbulentos en la familia Alfaro Cabrera, quienes se han visto en la obligación de escuchar todo tipo de versiones sobre la menor. Desde que aún se encuentra departiendo con varios amigos hasta que habría sido brutalmente asesinada y arrojada al río en el sector de La Loma, mismo lugar al que ya asistieron las autoridades competentes y no encontraron restos de la supuesta víctima. 

Esta es una preocupación inagotable para su madre Yajaira Alfaro, que en los micrófonos de este medio solo le suplicó a su hija que regrese pronto a casa con la garantía de que ni siquiera habrá reclamos. Petición que también fue apoyada por los vecinos de la zona, cuyo pensamiento aún se debate entre la incredulidad y la esperanza.

“Guárdame la comida que no me demoro”, le alcanzó a mencionar Ana Valeria a su progenitora luego de salir de su vivienda, según la circular de la agencia fiscal que llegó a AL DÍA, con “un enterizo espalda afuera de color negro y sandalias sintéticas de color blanco”. “Ella no iba a salir, me dijo que ya venía”, apuntó su madre.

Isamar Johanna Algarín

Isamar Johanna Algarín

Gloria Torres es otra madre que no puede conciliar el sueño por las noches pensando en el paradero de su amada Isamar Johanna Algarín, de 28 años, quien lleva poco más de tres meses sin reportarse ante sus queridos (desde el pasado 11 de mayo), dejando tres niñas de 11, 6 y 4 años, que no dejan de preguntar por ella. 

La mujer habría salido de su casa con un amigo que llegó a buscarla para pedirle ayuda en el regalo que le daría a su mamá. En esas diligencias, terminó siendo capturada por las autoridades debido a su supuesta implicación en una banda delincuencial al servicio del Clan del Golfo. Algo de lo que agentes de la Sijín no tenían pruebas y tuvieron que dejarla en libertad. Desde allí se empezó a perder su rastro hasta el día de hoy. 

Recientemente se supo, gracias al relato preliminar de las autoridades, que Algarín Torres tomó un carro de color rojo que la habría dejado en inmediaciones al colegio Colón. Al parecer, ningún taxi detuvo su marcha para llevarla y optó por tomar un automotor al servicio de plataformas digitales. Estando en el mencionado lugar, tiempo después se habría montado en otro vehículo blanco que aún no ha sido ubicado por los investigadores del caso.

La Policía y la Fiscalía intentan confirmar si la mujer desaparecida fue amenazada y obligada a montarse a este automóvil que la transportó por última vez. Del mismo modo, averiguan si alguna estructura criminal está detrás de su pérdida. En esa línea, todas las desapariciones ya mencionadas tienen una historia que contar.

¿Cómo se reportan los desaparecidos? 

Son muchas las personas en todo el país que son reportadas como desaparecidas ante la Fiscalía. De hecho, según datos recolectados, el año anterior se registraron 5.959 extravíos en el territorio nacional. Algo que fácilmente marca una tendencia de al menos 16 denuncias por día en dicho calendario.

Uno de los requisitos para establecer este proceso de búsqueda era que la persona cumpliera un mínimo de 72 horas sin aparecer. Sin embargo, la abolición de esa condición ha disparado las denuncias en la agencia fiscal. 

Lo que las personas tienen que hacer, si quieren saber el paradero de un allegado al que no ven hace tiempo, es acercase a la sede de la Fiscalía, en este caso específico en Barranquilla, junto con una foto reciente de la víctima y un documento que pueda certificar su identidad. Allí luego entrará en un proceso de respuesta a un par de interrogantes como la última vez que lo vio, dónde estuvo, de donde salió y hasta que ropa tenía.

Cuando el caso queda en manos del ente fiscal se convierte en un verdadero reto para sus investigadores. Trabajar casi a ciegas. Se realiza una circular de búsqueda que es enviada a varios medios de comunicación para su posterior publicación, siendo esto una ayuda gigante en la recolección de pistas. 

En casos de menores de edad, se podría solicitar el apoyo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar aunque, según fuentes relacionadas a este medio, viene siendo “muy difícil lograr una colaboración importante del organismo”. 

AL DÍA intentó verificar si contaban con algún registro de ayuda a menores desaparecidos y no obtuvo respuesta. 

Inicialmente, todas las desapariciones no se relacionan con una búsqueda judicial, pues puede que la naturaleza de esa ausencia no conduzca hacia un crimen. Las indagaciones pueden extenderse desde contactos telefónicos en el círculo familiar, hasta consultas en la Unidad de Reacción Inmediata, hogares de paso, centros hospitalarios o Medicina Legal.

Entre las desapariciones más frecuentes en Barranquilla, de acuerdo con las autoridades, persisten la ausencia voluntaria, acciones de grupos armados y problemas mentales o familiares, donde más que todo jóvenes se niegan a seguir permaneciendo en sus casas. Es un rango de edad estipulado entre los 12 y 20 años aproximadamente. 

Finalmente, los extravíos también llevan consigo unos efectos legales presentes en el Código Civil Colombiano como, por ejemplo, en el pago de los salarios de una empresa. Un empleador está obligado a seguir pagando al desaparecido su salario, honorarios o prestaciones de acuerdo a la modalidad de contrato que venía cumpliendo ya sea, contrato a término indefinido y término fijo. Estos se destinarán al curador provisional o definitivo del mismo.