La Policía le iba a inmovilizar el carro y él se acostó en la carretera como forma de protesta
El hecho ocurrió en la carretera frente al aeropuerto Ernesto Cortissoz.
“¡Ese tipo está loco!”, gritó una mujer de avanzada edad cuando de repente vio como un hombre se acostaba boca arriba sobre el pavimento hirviente de la carretera Oriental, frente al aeropuerto Ernesto Cortissoz; sin importarle el nutrido flujo vehícular que circulaba por la importante vía. El sujeto era Edward Merlano, y lo que la angustiada y sorprendida señora desconocía era que así protestaba por lo que consideraba una arbitrariedad de las autoridades de tránsito local.
La historia es la siguiente: a las 9:10 de la mañana de ayer Merlano venía de ayudante en una camioneta tipo van de su propiedad, procedente de Ovejas (Sucre). En el vehículo transportaba tres bultos de ñame que venía a comercializar a Barranquilla. Al llegar a ese punto fue requerido por agentes de la Policía de Tránsito, que de una le comunicaron que le inmovilizarían el vehículo por violar las normas, ya que el automor tiene licencia para el transporte de presonas, y no de carga (representada en los sacos de ñame). Luego de un intenso alegato con los uniformados, Merlano protagonizó la inusual protesta. Se acostó en plena vía interrupiendo el tránsito de vehículos. Allí permaneció por unos cinco minutos, mientras la cola de vehículos crecía creando caos.
“Me inmovilizan a camioneta porque llevo cosas, no personas. Por unos bulticos de ñame no pueden impedir que me gane la vida”, expresó Merlano, natural de Ovejas. “El permiso del vehículo dice pasajeros, al meterle carga se convierte en transporte mixto y no tiene permiso para eso”, explicó un uniformado del Tránsito.
“¿Ahora qué hago? ¿De dónde saco plata pa’ mantener a mi familia? Yo vivo de esto”, dijo casi llorando el sucreño, quien reside en la carrera 15 No. 25-80, barrio San Francisco, en Ovejas.
“Hace 22 años salgo a diario a las 4 de la mañana desde el pueblo a Barranquilla, moviendo gente y una que otra encomienda. Antes le temíamos a la guerrilla, pero no tanto como le tememos ahora a la Policía”, añadió el transportador.
Además de luchar contra la diabetes e hipertensión, Edwar Merlano tendrá que ‘guerrear’ para conseguir $2 millones que le cobrarán por concepto de multa y los 20 días que estará inmovilizado el vehículo.
“Lo peor es que el policía me pidió 500 mil pesos para dejarme quieto ¿qué tal? Mi desespero era grande, que si hubiera tenido una bomba, me estalló al lado de ellos”, dijo también Merlano camino a su pueblo.