La macabra historia de un pueblo en el que violaban a las niñas para hacer magia negra
Entre los agresores se encuentra un importante político de ese país.
Muy poco se ha hablado de Kavumu, ubicado en la República Democrática del Congo, en Afríca, pero es uno de los sitios en los que la violación a niñas “es el pan de cada día”.
De acuerdo con BBC Mundo, entre 2013 y 2016 hubo una ola de brutales violaciones que aún continúan en los tribunales. De acuerdo con el testimonio de Lauren Wolf, la primera periodista en destapar el caso, entre los señalados de este aberrante hecho se encuentra una milicia de 18 hombres, liderados por un diputado provincial, que raptaban a niñas entre los 18 meses y 11 años y las violaban por “supersticiones mágicas”.
La periodista afirmó que durante esos tres años se registraron más de 50 casos de violación. “Son chozas muy pequeñas con hasta 11 niños en ellas, además de los padres, y nadie se enteraba. Seleccionaban a una niña y se la llevaban al campo y la violaban en grupo. Y luego la dejaban allí. Cuando la familia se despertaba, nadie sabía dónde estaba la niña. Se ponían a buscarla y siempre ocurría lo mismo: la pequeña estaba destrozada por dentro y había sido abandonada a su suerte en el campo", dijo Lauren Wolfe.
Lauren Wolfe relató que una de las preguntas que ella se hizo era que posiblemente estos agresores utilizaban sustancias para facilitar los secuestros. En efecto, estos hombres tenía una plantación “extremadamente fértil” que era de la propiedad de un botánico alemán.
Sin embargo, los habitantes de ese lugar afirman, según Wolfe, que los violadores usaban una especie de “polvo mágico para dormirlas”. “Eso es parte de la cultura de esa zona del país. Creen firmemente en la magia y en la brujería", agregó la periodista.
Pero, ¿qué tiene ver la magia negra con la violación? Según lo explicó Lorena Aguirre, jefa de misión de la ONG Coopera en Congo esto está relacionado con lo que llaman ‘el diamante rojo’. A esto, Lauren Wolf agregó que “Hay una creencia popular en Congo de que la sangre de las niñas vírgenes inmuniza contra las balas, da trabajo y salud, y te quita el VIH/sida (virus de inmunodeficiencia adquirida). Esa sangre de niñas vírgenes les ayudaría en sus enfrentamientos contra el gobierno".
Lorena Aguirre afirmó que “durante mucho tiempo, este tema ha sido olvidado, pero las vidas de esas niñas han quedado destrozadas para siempre". "Fue muy desagradable y continuo, y lo vivimos poco a poco. Empezaron a aparecer niñas muy pequeñas violadas. Ha habido otros casos de violaciones a mujeres y niñas en el país durante la guerra, pero nunca había sucedido algo así. Prácticamente cada semana aparecía una niña muy chiquita que había sido violada. Estaban cubiertas en sangre ", dijo Aguirre sobre su trabajo como psicóloga en la región.
La organización a la que pertenece Lorena acompañó a muchas de estas niñas en su proceso, las ayudan a que más adelante puedan estudiar y tener revisiones médicas continuas. Sin embargo, algunas de ellas no podían ser operadas para reconstruirles las zonas afectadas, debido a que no tenían fondos suficientes para costear esos gastos.
La mayoría de ellas pertenecen a las familias más pobres de esa región y por esa razón, según Aguirre, los violadores se aprovechaban de ellas y de la ausencia de sus madres, quienes por lo general trabajan como prostitutas. "Eran las hijas de las familias más desfavorecidas, abandonadas y aisladas de la población. Las más pobres. Ganan unos 1.500 francos congoleses al mes, la equivalencia a un dólar estadounidense (unos $3 mil pesos) , para mantener a diez hijos".