La historia de las dos falsas médicas que engañaron a la Policía Nacional
AL DÍA conoció la investigación con la que se logró descubrir cómo dos mujeres lograron burlar a la institución y suscribieron millonarios contratos para atender en pandemia a pacientes de urgencias.
Dos mujeres fueron detenidas por hacerse pasar por médicas y usar documentos falsificados en la Unidad Prestadora de Salud Atlántico de la Policía Nacional.
La Fiscalía General y la Dijín de la Policía Nacional arrestaron a Mayra Alejandra Zapata Gómez en Cartagena, donde trabajaba como médica especialista en gerencia de servicios de salud.
Se investiga una posible red de falsos médicos en la costa atlántica, con implicaciones de irregularidades contractuales y corrupción.
Que una se haya hecho pasar por la otra sería una mentira menor. Pero que Mayra Alejandra Zapata Gómez y Katerine Román fingieran ser médicas y usaran documentos falsificados para atender a pacientes en unas IPS y en nada más y nada menos que la Unidad Prestadora de Salud Atlántico de la Policía Nacional, llamada comúnmente como la Clínica de la Policía, fue un grave delito.
Días atrás, la Fiscalía General de la Nación, desde la Unidad de Delitos contra la Administración Pública, y la Dijín de la Policía Nacional, reportaron la detención en Cartagena de Zapata Gómez en una IPS, adonde laboraba como médica especialista en gerencia de Servicios de Salud.
Ella fue presentada ante un juez de Barranquilla por los delitos de contrato sin cumplimiento de requisitos legales, falsedad ideológica en documento público, falsedad en documento privado y enriquecimiento ilícito de particular.
Junto a Mayra fueron capturadas otras personas, vinculadas a la Policía, quienes entraron a ser investigados por la presunta omisión de sus funciones y responsabilidades en los procesos contractuales de la mujer.
Génesis de la investigación
La Dirección de Sanidad de la Policía Nacional emitió un comunicado el 26 de enero de este año en el que se confirmaba un trabajo de control interno a raíz de denuncias por “una serie de inconsistencias en algunos procesos de contratación de la Unidad Prestadora de Salud (UPRES) Atlántico”.
Dicha auditoría derivó en varios hallazgos, entre estos el de la contratación de la doctora Mayra Alejandra Zapata, al parecer, vinculada en la Clínica de la Policía desde 2020, en época de pandemia, y que permaneció allí por tres largos años, cuando fue superada la crisis.
En paralelo, a la Dijín de la Policía llegó un correo electrónico en el que se detallaba más información acerca de la misma mujer, dejando entrever que no fue ella la que había cumplido con los exigentes “turnos de urgencias” sino otra persona: Katerine Román, al parecer, excompañera de trabajo y amiga de Mayra.
“La Dijín de la Policía estaba haciendo unas actividades investigativas por rumores que había de presuntos actos de corrupción en temas de contratación en salud de la Policía del Atlántico. Allí se detectó que en un contrato X, efectivamente, al parecer, se habían suscitado irregularidades que debían ser objeto de investigación por parte de la Fiscalía. Era una perla: que un médico que no era médico, desde el año 2020, estaba suscribiendo contratos”, reveló uno de los investigadores que lideró el caso.
Según la fuente, el paso siguiente fue tomar los seis contratos que la doctora Mayra Alejandra Zapata suscribió con la Policía por un valor total de 140 millones de pesos. Aparte se tomaron soportes contables, recibos de pagos y la documentación de la hoja de vida aportada. Así arrancó el rastreo en las universidades que certificaban a la mujer como médico general y como especialista en gerencia de servicios de salud.
La madeja se fue soltando y se llegó inicialmente a la Universidad Rafael Núñez de Cartagena. En esta alma mater se descubrió el primer engaño: Mayra Alejandra Zapata Gómez sí había sido estudiante de la facultad de Medicina, ingresando en el segundo semestre de 2004 y terminando su paso por las aulas en el primer semestre de 2006. Es decir, solo hizo tres semestres de la carrera, pero nunca la terminó.
“Mayra Zapata Gómez cursó en esa institución solo hasta el tercer semestre. Pero en el diploma que presentó en su hoja de vida tenía el título de Médica General de la Universidad Rafael Núñez, graduada supuestamente en 2011, con su año rural, a bordo, y todo. Lo mismo sucedió con la Universidad del Norte, adonde se presentó como médica general para poder acceder a la especialización que adelantó. Cuando estuvimos en la Uninorte, nos dijeron que ella había presentado el mismo diploma de la Rafael Núñez. También fueron engañados”, relató el detective.
Aunque este luego hizo claridad que la Universidad de Barranquilla inhabilitó “de inmediato” el título otorgado a la mujer.
Se llega a Mayra
En medio de las indagaciones, la Policía ubicó a Mayra en Cartagena y le notificó de la investigación y de la orden de captura que un juez había emanado en su contra. La mujer habría manifestado con mucha naturalidad que algo sabía porque desde la Universidad del Norte de Barranquilla le comunicaron sobre la cancelación del título de la especialización.
Posteriormente, ella intentó manifestar que habían “usado su nombre” y que estaba siendo víctima de un delito de suplantación, al asegurar que solo había ayudado a la joven Katerine Román a “conseguir un trabajo”, pero “desconocía” que ella había usado su falsa documentación.
La historia que además aportó narraba que en algún momento ambas habían trabajado y que para el año 2020, Katerine le “había salido un trabajo de médica en Barranquilla, en la Clínica de la Policía, pero que necesitaba información distinta a la de ella para suscribir ese contrato porque allí trabajaba una prima”. Mayra aseguró que solo dio el número de una cuenta bancaria, supuestamente para ayudar a su colega. Pero en la hoja de vida entregada por Katerine en el centro asistencial había copia autenticada de todos los documentos falsos de Mayra.
De acuerdo con la autoridad, Mayra dijo: “Lo único que me pidió fue que le prestara mi cuenta y eso fue lo único que yo hice, yo nunca fui, yo nunca atendí, yo nunca me hice pasar por médico…”.
“Es una historia muy difícil de creer. La cédula entregada en la Clínica de la Policía siempre fue la de Mayra. Por pandemia, todos usaban tapabocas y aparentemente eso sirvió para que nunca se detectara que Katerine se hacía pasar por Mayra”, agregó el detective.
Aparte, por el tiempo trabajado por Katerine en la Clínica de la Policía el dinero pagado caía a la cuenta de ahorros de Mayra, la cual funciona en el Banco Davivienda desde el año 2013.
¿Y dónde está Katerine?
Katerine Román, la mujer que estuvo trabajando tres años en la Clínica de la Policía, es buscada por las autoridades. La Policía y la Fiscalía verificaron, en el transcurrir de la investigación, que ella tampoco es médica general.
“Esa amiga de ella (Mayra), tampoco es médica, es ahí donde viene la historia del timador timado que era lo que Mayra decía: Es que ella cogió mis papeles pensando que yo era médico… Mayra pensaba que Katerine era médica, entonces es ahí por eso que viene la historia del timador timado porque ninguna de las dos sabía, o sea las dos estaban diciendo mentiras y ninguna de las dos sabía, supuestamente”, manifestó la fuente.
De paso, la autoridad agregó que los familiares de Mayra Zapata Gómez siempre estuvieron convencidos de que ella era médica general. Hoy la mujer permanece recluida en la Cárcel de Cartagena.
Segunda Etapa
A esta historia, de acuerdo con lo manifestado por la autoridad, todavía le hacen falta algunos capítulos, por ello la investigación continúa.
AL DÍA conoció que se analiza quién llevó a Katerine Román a la Clínica de la Policía, quién o quiénes la ayudaron a dar el salto a la red hospitalaria del municipio de Soledad, con la cual suscribió más de 10 contratos bajo el nombre de Mayra Alejandra Zapata entre enero de 2020 y marzo de 2024, tal y como lo registra el Sistema Electrónico de Contratación Pública, Secop.
Por otro lado, la Fiscalía busca sí existirían más personas fingiendo ser médicos especialistas dentro de una supuesta red o un cartel de falsos profesionales de la salud en la Costa.
“Se indaga si de pronto hay una red de falsos médicos en la costa. Hasta ahí queremos llegar. Alguien nos dijo que se abrieron las puertas del infierno porque eso como que venía sucediendo desde hace rato…”, finalizó el investigador.