Historias

La historia de la guajira que llegó en bicicleta al altar

Las fotos del matrimonio fueron sensación en redes sociales. La gente felicitaba a la novia por su original entrada a su boda.

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Una bicicleta hizo la diferencia en el matrimonio de Carolina Redondo y José Jorge Molina, una pareja de guajiros que se casó el domingo en el municipio de Distracción (La Guajira). En la decisión que tomó la novia de llegar a la iglesia en el medio de transporte que su papá, César Redondo, utiliza todos los días para ir a su trabajo; pesó la manera sencilla que tiene este hombre de mirar la vida. “Mi papá es un apicultor, y hace algún tiempo dejó de usar el carro y se pasó a la bicicleta, por eso creí que era la mejor manera de que me llevara al altar, en su ‘bici”, manifestó Carolina.

La novia planeó todo en 15 días, pero Redondo no estaba muy convencido, pues creía que las cosas se podían complicar. Por ello hicieron varias prácticas antes del día de la boda. “Mi papá me dijo que tenía miedo de que nos cayéramos o que el vestido se me enredara en las llantas, pero lo animé y le dije que lo practicaríamos para que no nos pasara nada”, explicó la mujer.

Propuesta matrimonial por skype

Carolina Redondo y Jorge Molina se conocen de niños, pero el noviazgo surgió cuando este hace unos años viajó a Sidney (Australia), a estudiar una maestría. “Nos reencontramos en Facebook y ahí sí comenzamos una amistad más cercana, que luego se convirtió en noviazgo”, explica Carolina, quien es ingeniera de sistemas al igual que su esposo.

La propuesta de matrimonio también fue algo inusual, pues se hizo a través de Skype. “Él estaba en Australia cuando me lo solicitó y mi familia estaba pendiente del momento para entregarme el anillo que ya estaba acá en el pueblo”, contó emocionada. Poco después ella también se fue para Australia donde se casaron por lo civil y comenzaron su vida en pareja.

Carolina dice que les faltaba algo, por eso decidieron volver a su pueblo natal y casarse en la iglesia donde se han unido muchos de sus familiares, recibir la bendición de sus padres, con los pajecitos y acompañados de sus primos, tíos y amigos de toda la vida. Carolina dice que nunca quiso llamar la atención, ya que le pareció tan natural llegar en la bicicleta, pero ahora se siente muy contenta con tantos mensajes hermosos y positivos que ha visto en las redes sociales.