AL DÍA obtuvo nuevamente aquella carta anónima, escrita a puño y letra por un supuesto testigo de crimen ocurrido en enero de 1994 contra Nancy Mestre Vargas y que llegó a manos de Martín Mestre Yunez, su padre, en 1997, un año después de la condena de Jaime Enrique Saade Cormane.
Leer más:
Esa carta en su momento fue publicada por el medio local El Heraldo en un reportaje del desaparecido Ernesto McCausland, en el que se planteaba la presencia de otras personas en la madrugada del fatídico hecho, tal y como se había ventilado en el juicio.
Recordemos que en la sentencia condenatoria emitida contra Saade Cormane en 1996 por el Juzgado 11 Penal del Circuito de Barranquilla, en la exposición de la defensa de este se trata de plantear que “probablemente pudo haber una tercera persona en la habitación” donde ocurrió el crimen.
Los hechos en los que resultó herida la joven, de 18 años, se registraron dentro de una vivienda localizada en la carrera 49C con calle 85, propiedad de la familia Saade Cormane. Jaime, quien para la fecha contaba con 31 años, había llegado hasta allí con Nancy luego de haber ido a otros sitios nocturnos de la época.
En su momento, el apoderado del entonces sospechoso expresó para tratar de vencer a la Fiscalía: “está claro que como mínimo había una tercera persona…En conclusión la participación del señor Jaime Saade Cormane en estos hechos no está determinada y menos podemos creer que ante unos confusos hechos donde, al parecer, estuvieron presentes hijos de algunas personalidades de la ciudad se deba colegir que la no comparecencia del acusado del proceso sea la lógica consecuencia de un proceder criminal. La responsabilidad penal se demuestra con la certeza no con la tesis de las aproximaciones y la sospecha no se sabe ciertamente qué fuerza superior a la voluntad del acusado le ha impedido comparecer al proceso. Creo que en definitiva no hay méritos para condenar a Jaime Saade Cormane”.
No obstante este aceptó que evidentemente Nancy Mariana Mestre Vargas fue salvajemente violentada, pues así lo demostraron los exámenes clínicos practicados. Pero en su trabajo ante el juez, el penalista planteó que “el autor del acceso carnal violento y el homicidio no es Jaime Saade”, fundamentando sus argumentos en el hecho de “haberse encontrado una mancha de sangre tipo A en el cubrelecho que se arrimó a la investigación y está aprobado que tanto el sindicado como la víctima son del tipo de sangre O, por lo tanto existe una tercera persona que, según su dicho, fue el causante de los hechos ilícitos cometidos…”.
En el documento ese anónimo también señala lo planteado por el abogado de Saade en el juicio. “El día 1 de enero, al amanecer, yo estaba esperando que un señor que es celador por ahí cerca me cambiara una de las llantas del carro, a muy pocos metros del sitio de los acontecimientos y observé a una jovencita que estaba parada a lado de una camioneta Chevrolet negra y blanco, hacía ademanes de desespero y miraba el reloj como impaciente, también pitaba la camioneta y como no le respondían subió a un 2 piso, era para buscar o llamar a alguien”.
“Ya habían terminado mi carro cuando alcancé a oír tremendos gritos de hombres y fue cuando decidí subir también y alcancé a ver a tres o cuatro hombres desnudos, de los cuales por las fotografías de Jaime Saade, él era uno de ellos, gritaban no puedes dejarla ir porque nos vio y lo va a contar a todo el mundo”, dos estaban como abrazados y otro pedía ayuda porque la joven se le soltaba. El pánico me hizo salir corriendo a mi carro y luego desde mi casa llamé a la Policía, por lo que leí, nunca fueron…”.
Martín Mestre, padre Nancy, está seguro que en el crimen de su hija hubo terceras personas involucradas y eso precisamente lo que le quiere preguntar a Jaime Saade, una vez esté en Colombia.
“Preguntarle nuevamente quienes estaban ahí, está demostrado que él no estaba solo, que habían otras personas, que hable y digan quienes estaban ahí o si quiere asumir toda la responsabilidad”, afirmó.