María Dabeiba Tafur siempre pensó que al llegar a la vejez iba a pasar sus últimos años tranquila, disfrutando el cariño de sus hijos y nietos; pero para esta mujer, de 80 años, aquel anhelo parece imposible, tras lo que considera una ‘mala jugada del destino’. A su edad, se convirtió en la interna más anciana de la Cárcel Judicial de Valledupar, luego que un juez la condenara a 7 años y 10 meses de prisión por el delito de tráfico y porte de estupefacientes.
El próximo 9 de octubre cumplirá 81 años, y en cambio de estar rodeada de sus 8 hijos y 28 nietos en su casa en el barrio La Victoria, al sur de esta capital, su compañía son las decenas de reclusas que comparten celdas con ella en el pabellón de mujeres del penal, y las guardianas del Inpec; aunque espera cada domingo la visita de sus familiares, quienes afirman que su único pecado fue ir a ver en la Cárcel Judicial a un nieto un domingo de noviembre de 2012. No se llegaron a imaginar que ese día empezaría a gestarse un ‘calvario’, para María oriunda de La Dorada, (Caldas), con 38 años de vivir en el populoso sector de la capital del Cesar.
“Mi mamá estaba en la fila, nos cuenta que una mujer se le acercó y le dijo que le llevara un ‘tubito’ que cuando estuviera adentro de la cárcel se lo diera; ella no pensó que eso no podía hacerse. Al pasar los controles los guardianes se dan cuenta que ese ‘tubito’ que mi mamá envolvió en una toallita contenía droga”, relató Patricia Velásquez, una de sus hijas.
Ese mismo día María Dabeiba fue judicializada por el delito de porte y tráfico de estupefacientes. En ese entonces, para el año 2012 tenía 76 años, no fue cobijada con medida de aseguramiento privativa de la libertad; pero el proceso siguió; y así continuó su vida normal durante 4 años más, asistiendo a la iglesia evangélica donde lleva congregándose tres décadas, hasta que fue capturada nuevamente el 11 de marzo de 2018.
Su hija Patricia contó que desde ese momento sus vidas se convirtieron en un ‘tormento’, al saber que su madre puede pasar sus últimos días tras las rejas, pagando una pena de la que poco entiende, lo único que pide es que pueda irse a su casa.“Mi mamá ha sido una mujer luchadora que llegó a esta ciudad y fue una de las primeras habitantes del barrio La Victoria, todos los vecinos dicen que ha sido una injusticia que mi madre esté presa, por su edad deben tener un poco de compasión”.
El día que la capturaron de nuevo fue a las afueras de un colegio público en Valledupar cuando fue a ejercer su derecho al voto en compañía del grupo de adultos mayores del barrio La Victoria para las elecciones parlamentarias pasadas.
En el puesto de votación, agentes de la Policía Nacional le dijeron que en su contra existía una orden de judicial vigente, y que debía acompañarlos. Estando en poder de las autoridades fue llevada hasta la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía, URI, de donde fue puesta a disposición del Juzgado Segundo Penal de Ejecución de Penas de Valledupar, donde el juez dejó firme la condena en su contra.
Ahora su familia, en especial su hija Patricia, piden que le otorguen el beneficio de casa por cárcel. “No estamos pidiendo que le quiten la pena, solo que le dejen pagar la condena en la casa, mi mamá no sabía que era droga lo que contenía ese ‘tubito’, es una mujer inocente, sin malicia alguna”, precisa Patricia.
Según su hija, María Dabeiba desde que entró a la Cárcel Judicial no es la misma. A pesar de haber sido una mujer sana, su salud ha empezado a deteriorarse, ha presentado problemas de hipertensión e incontinencia.“El abogado presentó un recurso de sustitución de medida de aseguramiento por prisión domiciliaria, estamos esperando resultados de Medicina Legal para ir nuevamente ante el Juzgado, es la única esperanza que tenemos”, puntualizó Patricia Velásquez.
¿QUÉ DICE LA LEY?
De acuerdo con un juez penal del circuito con funciones de conocimiento consultado por este medio, toda persona se puede condenar así tenga 90 años, e igualmente enviar a la cárcel, haciendo la salvedad que existen algunos beneficios para los mayores de 65 años, según el artículo 314 de la Ley 906.
“Se debe analizar cada caso; si solicitan el beneficio de prisión domiciliaria para un adulto mayor, si esta persona tiene antecedentes, su comportamiento y demás, el numeral 2 del artículo 314 es explícito para una sustitución de medida ‘cuando el imputado o acusado estuviere en estado grave por enfermedad, previo dictamen de médicos oficiales’, es decir, Medicina Legal”, señaló el togado. No obstante, indicó que para los delitos de porte de estupefacientes no hay beneficios.
“La domiciliaria está prohibida para estupefacientes, eso lo estipula el artículo 68A del Código de Procedimiento Penal que señala la exclusión de los beneficios y subrogados penales”, dice. Entre tanto han pasado 6 años desde que María Dabeiba Tafur hizo un favor a una mujer en la fila para entrar a la cárcel, a quien no volvió a ver más y ahora le costó su libertad.