Al día siguiente de lo ocurrido, mientras Verónica batallaba por no morirse, una teniente llegó a donde la tenían y le tomó la declaración. Ella, casi sin poder hablar, contó que ese lunes se encontraba acostada en su cama cuando sintió cómo la asfixiaban . Eran las 8:00 a. m. , aproximadamente, reaccionó y se percató de que estaba maniatada, como pudo empujó a su agresor y logró soltar su mano izquierda; después, el hombre con un cuchillo comenzó a atacarla, pero también tomó un martillo y la golpeó en la frente.
Castro Rocha sacó fuerzas de donde no tenía y salió de su vivienda , ubicada en la calle 3 con carrera 11 del barrio Las Flores , de Palmar. Una vecina que escuchó los gritos acudió a ver qué ocurría y la abrazó. La mujer estaba desnuda y ‘bañada ’ en sangre, alegaba que su expareja la quería matar. Por ello la montaron en una moto que pasaba por la zona, pero en ese momento salió el señalado y dijo que él la llevaría, y que después se entregaría .
El mototaxi arrancó y, según lo relatado por la mujer, el victimario sacó un cuchillo que tenía guardado para volverla a atacar, esta vez en el cuello . Instantes después se lanzó de la moto y corrió. Ella casi cayéndose del vehículo logró llegar al hospital municipal, desde donde la embarcaron en compañía de un familiar .
Tras ello, esta persona, de nombre Óscar Mario Truyol Garcés , de 41 años, fue detenida horas después por uniformados de la Sijín de la Policía del Atlántico en la calle 7 con carrera 9 del barrio La Independencia, de Santo Tomás.
Los policiales hicieron efectivo el requerimiento judicial en su contra que había sido emanado por el Juzgado Promiscuo Municipal Único con funciones de Control de Garantías de Palmar de Varela. El hombre debía responder por el delito de feminicidio agravado en calidad de tentativa y lo dejaron a disposición de la Fiscalía 13 local de homicidios de Soledad .
Sueños
La mayor pesadilla de Verónica era que su expareja quedara libre, que no se hiciera justicia y que finalmente ella terminara muriendo.
Sin embargo, tres días después de lo ocurrido la Fiscalía imputó a Truyol Garcés el cargo antes mencionado, el cual no aceptó . Más tarde, el juez lo cobijó con medida de aseguramiento, avalando los argumentos que el ente acusador le presentó, mismos que reseñaron lo siguiente: “El agresor, aprovechándose del estado de indefensión de la víctima , la amordazó e intentó asfixiarla (…) una vez la mujer reaccionó en su defensa, el agresor tomó un cuchillo y le causó las lesiones en el cuerpo, una de ellas en el tórax, la cual le perforó el pulmón”.
Además, se precisó que “la afectada resultó siendo remitida a la Clínica Campbell de Barranquilla , por lo cual se iniciaron actos urgentes con la denuncia de un familiar (…) posteriormente, después de una cirugía y mejoría de la víctima, se recogió una declaración jurada donde manifestó los hechos acaecidos”.
Tiempo después, Verónica conversó con este medio tras recuperarse. Ella sostuvo lo siguiente: “Salí del hospital y tuve que ir una semana después para hacerme una radiografía de chequeo que mostrara cómo seguía mi pulmón (…) y gracias a Dios todos esos análisis salieron bien ”.
Señaló que en esa zona del cuerpo le conectaron un tubo para drenarle sangre y líquidos, y que ese fue el procedimiento más complejo al que la sometieron, pues las otras ocho heridas solo necesitaron de sutura y curación .
“Tengo dos cicatrices en las piernas, dos en los dedos, en el pecho, en el cuello y en la frente, esta última recuerdo que él (victimario) me la hizo con un martillo”, dijo.
Contó que aunque del momento en el que intentaban asfixiarla no le quedaron marcas, ese instante sí le dejó huellas: “Hace seis días tuve un pequeño incidente. Mi hija salió corriendo porque se asustó, entró al cuarto y como estaban todos los focos apagados lo que hizo fue taparme la boca para que yo no gritara. Como la habitación estaba oscura yo solo sentí la mano que me agarró la cara, más no vi de quién se trataba, y se me vino a la mente todo lo que viví”.
Hizo mención a que aquello la llevó a dar gritos y salir corriendo del cuarto, debido a que alcanzó a pensar que ese sujeto que atentó contra ella había llegado a atormentarla de nuevo.
“Comencé a gritar horrible porque pensé que era él, toda mi familia se levantó porque eso sucedió como a las 2:00 de la madrugada ”.
Por ello, desde que salió de la clínica , ha recibido ayuda con especialistas psicólogos, pues hubo días en los que dormir era una total pesadilla . “Soñaba con la risa que él tenía cuando me estaba asfixiando , porque él se reía de todo lo que me estaba haciendo”.
Regreso a casa
Para ella todo lo que vivió fue una pausa y superarlo un volver a comenzar: “No fue fácil . Tengo tres hijos –de 16, 13 y 10 años – y literalmente esto fue comenzar de nuevo. Yo estando hospitalizada pensaba en ellos y me aferraba a que tenía que luchar para salir de ahí y seguir adelante a su lado”. Castro Rocha mencionó que repetía dos frases cruciales que aún siguen motivándola. “Yo decía ‘quiero ser feliz ’, ‘voy a salir de esta’”.
Y así fue, logró mejorarse. “Yo viví en una burbuja durante 19 años con él . No podía salir, no podía hablar con nadie ni socializar por temor de que me fuera a pasar algo, tampoco me dejaba trabajar. Ahora me siento libre, más tranquila, porque sé que ya no hay nadie que venga a hacerme daño”.
Resaltó frente a los cuestionamientos de una sociedad que la señaló que las ganas de alejarse de su expareja no eran ajenas a sus pensamientos, pero que decisiones como esa eran dependientes del miedo: “Temía por mi vida, creía que por hacerlo me haría algo ”.
Indicó además: “Él me amenazaba, pero yo pensaba en que no sería capaz de algo por ser la mamá de sus hijos. Es la hora y no asimilo lo que pasó, me levanto , me miro al espejo, veo mis cicatrices y solo siento escalofríos . Después de todo yo misma me hago la pregunta de por qué aguanté tanto , no tenía que llegar a esto, pero creo en que Dios tiene un propósito con todo. Ya me siento feliz ”.
Y, finalmente, la mujer pidió a las autoridades, ante la incertidumbre de lo que podría pasar, que trasladen a Truyol Garcés de la estación de policía de Palmar de Varela a un centro carcelario para que así cumpla su medida.
Cifras
Con base en lo anterior, la Fiscalía Seccional Atlántico detalló recientemente que en lo corrido del 2022 se han registrado 12 feminicidios en el departamento , de los cuales, según el ente acusador, han sido esclarecidos el 100%. A su vez, se conoció que, en cuanto al delito de violencia intrafamiliar, han recepcionado unos 2.793 casos este año , de los cuales han tenido un avance del 91,94 %.